Hace unos días se conmemoró el Día Internacional del Agua. Para muchos pasó desapercibido, quizá porque en Chihuahua la falta de infraestructura hídrica no parece un problema grave. De hecho, en 2024 nuestro estado alcanzó el primer lugar a nivel nacional en este rubro, con un 91% de los hogares con acceso a agua potable. Y aunque esto es motivo de orgullo, no debemos celebrarlo a ciegas, porque la realidad del agua en Chihuahua es cada vez más complicada.
En el lado menos afortunado de esta conmemoración, está la contradicción entre el esfuerzo del Gobierno Estatal, que ha trabajado por dignificar la vida de las personas a través del acceso al agua, y la postura del Gobierno Federal, que nos dejó fuera del Plan Nacional Hídrico, un programa que contempla 16 proyectos de inversión para el norte y centro del país. Esta exclusión es difícil de entender y aún más difícil de justificar.
Por otro lado, la sequía sigue siendo uno de los mayores desafíos que enfrentamos desde 2021, y se ha agravado en el último año. Afecta principalmente a la agricultura y la ganadería, pilares fundamentales de nuestra economía. La falta de lluvias y la baja captación en las presas han obligado a suspender el suministro de agua para el ciclo agrícola primavera-verano en el Distrito de Riego 005, en Delicias. Esto no solo encarecerá productos básicos, también podría dejar sin empleo a más de 15,000 jornaleros.
Y el problema no acaba ahí. Chihuahua, en cumplimiento con el Tratado Internacional de Aguas de 1944, debe entregar a Estados Unidos más de 1,585 millones de metros cúbicos de agua en un periodo de cinco años que concluye en octubre de este año. Esto no solo complica nuestra situación interna, sino que también tensa la relación con nuestro vecino del norte.
Les comparto todo esto porque, como mencioné al principio, muchas veces no hablamos del agua hasta que nos falta. Por eso, esta conmemoración debe llevarnos a reflexionar, primero, sobre el uso que le damos en casa, en la industria, en el campo. Y segundo, sobre las acciones que los gobiernos —en especial el Gobierno del Estado— han emprendido para proteger este recurso. La inversión ha sido importante, pero más importante aún ha sido la visión estratégica.
Justo el pasado viernes, la Gobernadora Maru Campos inauguró en Ciudad Juárez una obra que lo refleja claramente: un tanque con capacidad para almacenar más de 3,000 metros cúbicos de agua tratada, que se usará para regar parques y áreas verdes. Con esta infraestructura, se podrán regar 133 parques en más de 48 fraccionamientos, lo que equivale a unas 113 hectáreas. Esta obra representa más de 126 millones de pesos bien invertidos.
Con esto nos queda claro que cada gota cuenta y que cada acción forma parte de una estrategia más grande para garantizar el acceso al agua hoy y en el futuro. Aunque el panorama sigue siendo complejo, la responsabilidad también es nuestra: en casa, en la escuela, en el trabajo. El agua no es un milagro, es el resultado de mucho esfuerzo, planeación y compromiso.
El agua en Juárez y en Chihuahua es producto del trabajo conjunto del Gobierno del Estado, de la gobernadora y de su equipo. Porque aquí, cada peso se cuida, y cada gota se valora, siempre con el objetivo de dignificar la vida de quienes vivimos en este estado.

Marisela Terrazas
Ex Diputada por el PAN en Chihuahua. Doctorante en Ciencias de la Educación por la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica. Maestra en Educación por UTEP, ex directora del Instituto Chihuahuense de la Juventud y experta en políticas públicas juveniles.