Originalmente publicado 28 de Diciembre de 2015
PERMÍTASEME UNA REFLEXIÓN QUE CORROE MI ALMA: IDEAS MUTABLES; PRINCIPIOS INMUTABLES.
La razón es el generador que abastece de la energía necesaria que utiliza la voluntad para iluminar y dar potencia a los actos del hombre: la naturaleza condeno al individuo a vivir en la inmensa y profunda oscuridad total; en un acto de equilibrio, la naturaleza dotó al ser humano de la facultad de razonar, con un único objetivo: configurar y moldear una voluntad, que a semejanza de una lámpara iluminara sus actividades en el caminar por esas negras tinieblas. Es importante indicar que el hombre considerado individualmente tiene la facultad de iluminar su camino con el uso de su propia razón que genera su voluntad única; imposible es el uso de la razón y voluntad ajena para aclarar su personal y particular camino sometido a las sombras y más absurdo es pretender alumbrar al sendero negruzco de un semejante con la luz propia: la ocupación y utilización de la razón y voluntad de un semejante, para ilustrar la propia penumbra, convertiría al hombre en máquina, esclavo o simplemente no sería hombre; irrazonable, por tirano, es ambicionar iluminar la ceguera de los demás.
Esta reflexión se extiende aún más: La multiplicidad y diversidad de caminos que enriquecen a la sociedad en sus complejas posibilidades para que el individuo logre sus objetivos personales y satisfaga sus necesidades primarias nos conduce de inmediato a la legítima modificación de ideas; las ideas fijas e inamovibles son inútiles, su constante transformación es necesaria para alcanzar la perfección; en cambio los principios elementales no deben alterarse ni modificarse ya que rigen y orientan la conducta del individuo, transformar la los principios y la conducta es perder la individualidad.
Es necesario que el hombre en la búsqueda del mejor mecanismo que le ofrece la sociedad para satisfacer sus necesidades y lograr sus objetivos personales, haga uso de la razón generando una voluntad iluminada que refleje en la conducta del individuo una necesaria utilización y empleo de las Ideas y los Principios con sus características fundamentales que son: primero: el hombre cambie permanentemente de ideas, en base a que estas se transforman constantemente de manera natural. La pasividad del desenvolvimiento de las ideas las deteriora. Segundo: al hombre no se le permite el cambio en sus principios fundamentales; estos son los rieles de la vía que orienta y conduce la vida del individuo desde el inicio hasta el final: su modificación, es el descarrilamiento del ser humano.
Ideas y principios: las primeras movibles, los segundos inamovibles; accidentales y esenciales respectivamente; El estado funcional de las ideas es el constante cambio; el estado perfecto y funcional de los principios elementales ser estáticos y fijos. El individuo viajando en el inmenso y maravilloso mar de las ideas está a la deriva; su faro y su ancla son sus propios principios elementales que le sostienen y anclan con firmeza y resistencia dando estabilidad a ese fascinante viaje por el océano vibrante de las ideas.
Fusionando: El hombre se pierde fácilmente en las tinieblas y la oscuridad que le rodean: dichoso aquel que no ve esta desgracia. La razón generadora de la voluntad que ilumina las acciones del individuo está olvidada en los rincones grises de la historia.
El individuo está obligado a transitar por los diversos caminos que la sociedad le ofrece para que concluya sus objetivos personales e intente satisfacer sus necesidades naturales: La comunidad lo somete a sus órganos de control arrojándolo como un vil despojo, arrancándole lo más valioso de él: la libertad de pensar.
La dualidad ideas y principios es fundamental para esclarecer el dilema de la legitimidad de la transformación de las ideas y conservación de principios en el hombre y la inmoralidad en la conservación de ideas y transformación de los principios.
El ser humano es diferente a los demás seres vivos y se complementa cuando hace uso de sus facultades intelectivas que se reflejan precisamente en los principios e ideas que posee. La naturaleza y estructura de las ideas está construida de tal forma que su flexibilidad en la transformación permite que el hombre las ajuste constantemente en la búsqueda de la solución a los problemas ordinarios; los principios, en cambio, requieren estabilidad, continuidad y permanencia entre otros para solventar acertadamente la conducta del hombre en el transcurso de su vida.
Es cuánto. ¡Un abrazo fraterno!

Guillermo Chávez
Abogado. Filósofo. Columnista.
Buen amigo y consejero, entusiasta. Publicamos cada semana tu columna, en tu espacio en tu memoria.
Descansa en Paz.
Hasta pronto querido amigo.