Después de una semana de preocupaciones, acciones, negociaciones y de una manifestación clara por parte de las organizaciones de la sociedad civil locales, nacionales e internacionales ante el hecho, los 40 niños y niñas con discapacidad, empiezan regresar al que era su hogar: el albergue Los Ojos de Dios.
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en su articulo 7, inciso 2 dice “En todas las actividades relacionadas con los niños y niñas con discapacidad, una consideración primordial será la PROTECCION DEL INTERES SUPERIOR DEL NIÑO”. Este fue siempre el valor superior que nos movió a todos.
Los acontecimiento nos dejan muchas lecciones y tareas:
1. La posibilidad que tenemos a través de la unión de las organizaciones de la sociedad civil de velar por el respeto a los derechos de nuestros niñas y niñas con discapacidad;
2. La necesidad apremiante de establecer protocolos, políticas publicas y/o reglamentos que impidan que estos hechos vuelvan a suceder;
3. La necesidad de establecer perfiles de servidores públicos que tengan experiencia , madurez y conocimientos en los temas de infancia, sus derechos y protocolos.
4. La oportunidad de ver que de un hecho negativo se puede obtener algo positivo.
Trabajando sociedad y gobierno juntos es como podremos lograrlo.
Lucila Murguía
Lucila Murguía de Arronte es Licenciada en Administración de Empresas y Madre de un hijo con discapacidad. Ha trabajado en el sector social por mas de 30 años, como socia fundadora de organizaciones y redes o participando como consejera en organizaciones y consejos de gobierno en la elaboración de leyes y reglamentos en beneficio del sector social.
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