¿Qué tienen en común tod@s los que en este momento están aspirando a una candidatura por la presidencia de la República? Los de la derecha quizá pudieran compartir muchas cosas entre sí, igualmente los de la izquierda, pero derechas e Izquierdas comparten al menos una única característica: todos han militado o colaborado con los partidos u organizaciones que han marcado la lucha política de los últimos 30 años o más.
Es decir, de todos podemos tener una idea de la manera como habrán de gobernar en base al desempeño propio, o de sus organizaciones en esos mencionados 30 años. Empezando por los panistas y priistas que son los institutos políticos mas longevos en la escena nacional, y quienes detentaron el poder desde los años veinte en el caso del PRI, cediéndolo al PAN durante el periodo del 2000 al 2012, para volver a perderlo en el 2018.
Es de todos conocido que, desde el gobierno de Miguel de la Madrid, el PRI abiertamente se derechizó, abrazando con fervor el llamado neoliberalismo. Paradójicamente, sería este giro ideológico que lo llevaría, primero a la ruptura interna, y luego a la pérdida del poder. Pues bien, prácticamente todos los que tienen alguna posibilidad de ser candidatos, y que vienen del PRI, seguramente volverían a aplicar la misma receta: el neoliberalismo.
¿Porque decimos lo anterior? Pues porque todos fueron formados en esa generación: Ildefonso Guajardo, negociador del TLC; Alejandro Murat, exgobernador de Oaxaca; Jose Angel Gurria, mejor conocido como el “Angel de la Dependencia”; Claudia Ruiz Massieu-Salinas, sobrina de su tío; Enrique de la Madrid, hijo de su papá, y, por último, la menos neoliberal, Beatriz Paredes, y por lo mismo, la que menos probabilidades tiene de alcanzar la candidatura.
En el caso del PAN, no hay uno solo que haya vivido o represente los ideales panistas previos al pacto del 88 con el Salinato: Ricardo Anaya, Santiago Creel, Juan Carlos Romero Hicks o Lili Tellez. Todos son neopanistas, y, por ende, neoliberales. Quizás los dos casos donde pudiera caber alguna duda son, la senadoras Lili Tellez, panista de nuevo cuño, y Xochitl Galvez, quien no milita en el PAN, pero que se formó políticamente durante el gobierno de FOX, por ende neoliberal.
El PRD no cuenta.
Por el lado de las corcholatas, también tenemos elementos para suponer el desempeño de quien resulte triunfador: desde una muy pálida izquierda (más bien centro) de Marcelo Ebrard, Adan Augusto o Ricardo Monreal, hasta una izquierda radical de Fernandez Noroña, pasando por una izquierda progresista de Claudia Sheinbaum.
Hasta este momento no se veía nada nuevo bajo el sol, excepto que el Presidente, con esa habilidad y olfato políticos que hasta sus rivales mas recalcitrantes le reconocen, acaba de abrir el juego político a futuro. Echó a andar el relevo generacional en la persona de Luisa María Alcalde.
La nueva Secretaria de Gobernación, tiene apenas 35 años, y no ha militado en ninguna de las agrupaciones arriba mencionadas, lo cual no quiere decir que haya sido ajena al devenir político nacional.
Nacida en el seno de una familia con profundas raíces en la izquierda progresista, siempre estuvo rodeada de activismo y lucha, por lo que no sorprende que desde muy joven se haya integrado al movimiento social, concretamente a la pelea que se dio en contra del desafuero que la administración de Fox pretendía aplicar a López Obrador.
De ahí pasó a integrar la Cámara de Diputados, donde participó en la comisión de asuntos laborales impulsando la iniciativa para desvincular el salario mínimo de otros parámetros económicos, y que a la postre serviría para que, durante el gobierno de López Obrador , se pudiera otorgar aumentos salariales decorosos por primera vez en varias décadas.
Su militancia política la inicia en Morena como representante juvenil, y ya en el gobierno de AMLO ocupa la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, lo cual resultó muy adecuado dada su formación en la materia. Se debe reconocer que las medidas sociales que han beneficiado a l@s trabajador@s mexican@s en el presente sexenio, fueron impulsados por Luisa Maria, primero como diputada, y luego desde la secretaría del Trabajo. Ese mérito no es pequeño.
Ahora como Secretaria de Gobernación tendrá, como principal misión, asegurar una transición pacífica y tersa del poder en las elecciones del 2024, amén de algunos otros pendientes no menores que recibe como herencia, entre ellos, la conclusión justa del caso Ayotzinapa, y la crisis migrante que no ha dejado de tener relevancia.
Pero lo mas importante, en este periodo tendrá su baño de sangre en lo que a gobernabilidad se refiere. Con esa experiencia, y con el factor edad de su lado, tiene todo el tiempo del mundo para prepararse y, eventualmente, convertirse a su vez en candidata a la presidencia ¿Está muy descabellada esta reflexión? Al tiempo.
Es cuánto.
José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.