Todos los días los juzgados familiares atienden problemas derivados de la violencia que atenta contra la salud, integridad física y moral, emocional y psicológica de los miembros que componen el tejido social, mediante la estructura de padres e hijos.
Parece increíble que parejas que se comprometen para formalizar su amor, después se conviertan en enemigos y ventilen en los tribunales sus carencias, utilizando medidas que afectan la vida en armonía, llegando incluso a cometer delitos graves como las lesiones físicas o provocar la muerte.
El sistema social tan estresante que vivimos cotidianamente con los problemas que nacen de la economía, ante tantas “necesidades” creadas por el mercantilismo, así como la inseguridad que azota fuertemente creando miedos, así como las notas rojas de todos los medios de comunicación, dan como resultado acciones violentas.
Difícil dar amor cuando no se ama a sí mismo. Difícil comprender al prójimo cuando no existe empatía. Difícil dar sin pedir nada a cambio cuando estamos ausentes de la religión y la moral. Difícil creer en los gobernantes cuando existe corrupción. Difícil creer en la amistad cuando prevalece la traición. Y así podemos seguir dando ejemplos de lo que nos causa la deformación social.
Los cambios que origina la globalización han determinado nuevas alternativas de vida desapareciendo las tradiciones y costumbres, que se han sustituido por modelos que en el pasado fueron rechazados, como el matrimonio igualitario, la legalización del aborto y legalización del consumo de drogas entre otras.
También en la política nacional se crearon nuevas alternativas para combatir a la corrupción y surgieron nuevos partidos que fundaron los mismos que fueron denunciado como corruptos. Así el pueblo se creyó en el cambio que desea y que todavía no llega, aunque las apariencias dicen lo contrario.
Por eso seguiremos superando con mucha lentitud las adversidades y las piedras del camino. Es insuficiente la comunicación a pesar de estar conectados en automático con todo el mundo. Tan insuficiente que estamos llenos de mentiras y falsedad que confunde y desorienta al ciudadano común. Los expertos de la tecnología nociva están haciendo su función.
Los gobernantes de antes prometieron estabilidad social y económica. La paz social y la seguridad pública. El combate a la corrupción. La eliminación del nepotismo, el amiguismo, el tráfico de influencias y la pobreza. Antes así lo decían con palabras más o palabras menos. Con discursos dignos de los mejores oradores del mundo. Hasta se utilizaba un tono de voz especial cantadito.
En esta nueva era, los gobernantes siguen haciendo las mismas promesas y el pobre sigue marginado, pero con permiso para pedir y reclamar. Los amigos siguen siendo los acomodados en el poder, sigue el nepotismo y la corrupción, menos el mandatario de la nación. Lo podemos constatar en los grupos de poder en el poder.
No toda la gente que rodea al presidente Andrés Manuel López Obrador es buena. No todos y todas las secretarias del gabinete son honorables y honestas. No todos son fieles e institucionales. Los nombres que circulan en el poder tienen antecedentes de corrupción y son familias desintegradas del PRI. Muchos y muchas que se cambiaron de partido siguen siendo desleales y traicioneras. La ambición del poder es muy atractiva y más el dinero que se consigue en grandes fortunas en tan poco tiempo.
Hay muchos reyes y reinas del cash, nada más que la escritora que utilizó el título para su libro con el fin de atacar al presidente rescata el sistema que utilizan de antaño los políticos corruptos para obtener cash y la efectividad del lavado de dinero. Se utilizan empresas y prestanombres, así como achichincles y barberos que abundan en el medio político.
Hay quienes se prestan para escribir bajo honorarios, según el tamaño del político que se pretende desbancar del privilegio de mandar. Programas de radio y televisión encaminados a promover o derrocar según se trate. Lo cierto es que no existe nada confiable y puro en la política, ni en los políticos que están dando brincos de alegría de un partido a otro.
Es como si a Victoriano Huerta le quitaran el uniforme de militar, para vestirlo como revolucionario y hablar bien de él, inventando una historia distinta al del traidor, y mejorando su apariencia al estilo Emiliano Zapata. Después de todo lo que prevalece en este país es la ignorancia de la historia nacional y ausencia de civismo y amor a la patria. Los intereses creados son manipular a la juventud como ocurre hoy en día y es fácil deducirlo.
Héctor Molinar Apodaca
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
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