Hablemos de San Agustín de Hipona: Un fascinante pensador de la época del Oscurantismo, que con sus enormes esfuerzos y agudeza de pensamiento trato de justificar la existencia de la Iglesia aquí en la tierra, a través de la interpretación platónica de la Biblia. Esos trabajos llenos de sacrificios, lo orientaron a percibir las más profundas ideas que ha sembrado la humanidad.
El pensamiento de san Agustín está vigente por la universalidad que le caracteriza. A pesar que su época tenía la particularidad de la limitación del conocimiento; San Agustín heredó a la humanidad el fruto de sus profundas reflexiones y certeros razonamientos en ideas que hoy son guía moral de la humanidad.
¿Quién no vibra ante esta norma intrínsecamente valiosa?: “Perdonad a los que Yerran, combatid, dadle muerte a los errores” de nuestro flamante pensador San Agustín de Hipona. Su validez actual tiene por fundamento el contendió de valores universales que sostienen el camino del hombre hacia la felicidad.
Percibo, de las palabras de San Agustín “Perdonad a los que Yerran”, con el debido respeto, lo siguiente: La perfección del hombre consiste en cometer errores, si un hombre no comete errores simplemente no es perfecto. La naturaleza del hombre es equivocarse constantemente; razón está por lo que debemos ser solidaria y fraternalmente moderados y discretos con los individuos cuando comentan errores, prudentes y diligentes con esas personas al equivocarse y corregir sus faltas con suavidad ayudándoles en su reforma. Respetar su individualidad.
San Agustín de Hipona no dice “Combatid, dadle muerte a los errores” se advierte que nuestro Pensador respeta y protege al individuo, a la persona; pide que a los errores los combatamos hasta darles muerte. No existe compasión en el combate a los errores. Luchar sin descanso para corregir errores. La pelea y el conflicto son directo con las ideas y con los errores, ahí es el centro que guía todas nuestras energías, no el hombre.
A manera de conclusión: Este hombre de pensamientos absolutos San Agustín de Hipona, nos deja un legado a la humanidad que consiste en una hermosa lección de ética en la búsqueda del conocimiento; El combate implacable, la lucha cruenta es con las ideas; todas las energías deben estar dirigidas certeramente a eliminar ese error en esa idea, sin contemplaciones, en esa guerra con las ideas gastemos todos nuestras energías. No dice además, que al hombre no debemos agredirle en razón de la idea, al contrario, debemos perdonarlo con estimación y cariño y olvidar su error o equivocación. Toda nuestra energía para combatir esos errores y esas ideas, toda nuestra estimación y cariño para nuestro semejante.
Es cuanto ¡un abrazo fraterno!
Originalmente publicado el 10 de Agosto de 2015
Guillermo Chávez
Abogado. Filósofo. Columnista.
Buen amigo y consejero, entusiasta. Publicamos cada semana tu columna, en tu espacio en tu memoria.
Descansa en Paz.
Hasta pronto querido amigo.