Cuando vi anunciado el estreno de la serie titulada “Se llamaba Pedro Infante”, me dije: tienen que ser muy arriesgados los que se atreven a narrar la vida del hombre más querido de nuestro país, pues difícilmente se puede encontrar un actor que tenga todas las cualidades y talento del ídolo de varias generaciones y que actualmente sigue enamorando a jovencitas con su carisma natural y la alta tecnología que nos permite ver sus películas remasterizadas.
Crecí en el cine y la cinematografía es mi pasión. He leído mucho de la vida de Pedro Infante y he visto todas las películas del ídolo de Guamúchil Sinaloa, así como testimonios del director Ismael Rodríguez, que prácticamente aprovechó al máximo el carisma y talento de Pedro, bajo la producción de Rodríguez Hermanos; así como Irma Dorantes, quien fuera su último amor y de quien se enamoró al grado de solicitar el divorcio a María Luisa León, que lo demandó de bigamia y anuló el matrimonio con la Dorantes. Los testimonios de Sara García, Elsa Aguirre, Joaquín Cordero, Luis Aguilar, Silvia Pinal, Carmelita González entre otras figuras de la época de oro del cine mexicano.
Además, el director Miguel Zacarías, cuya productora de su familia realizó varias películas que siguen siendo éxitos y que después de su muerte filmó “La vida de Pedro Infante”, basada en el libro de su esposa María Luisa León, que solo muestra el lado amable de la esposa y que protagonizaron sus hermanos Pepe y Ángel Infante.
Retomando la serie que se estrenó en la plataforma VIX de Televisa y que consta de ocho episodios, cuyos guionistas son Guillermo Ríos y María José Mochales. Del primero existen buenas referencias como cineasta, del segundo no lo conozco. Denota que desconocen la vida de Pedro Infante. El productor ejecutivo es Rubén Galindo y desde mi punto de vista desaprovecharon aspectos de su vida, enfocándose más a sus problemas maritales con María Luisa.
El actor Mario Morán que caracteriza a Pedro Infante, hizo un enorme esfuerzo corporal, se nota su preparación, así como el tono de voz, movimientos y gestos del ídolo; pero no le llegó al carisma. Su actuación es muy buena sin duda, pero creo que a los directores les faltó la sensibilidad de conocimiento del personaje. Alejandro Bazzano es cubano-uruguayo y Sergio Siruela, son directores a la moderna utilizando lenguaje altisonante y escenas eróticas, su experiencia en dirección es indiscutible, pero para meterse con ídolos de carne y hueso que son leyendas vivientes como Pedro Infante, hay que saber e introducirse en el perfil psicológico del actor, sentir y transmitir al público lo que quieren ver sus fans.
Quizá por eso de la ignorancia o para hacerla atractiva con escenas pornográficas e inmorales, al final de cada episodio dice que se basa en hechos reales, pero que la mayoría, así como los personajes son ficticios. Por lo que es una historia basada en la vida de Pedro Infante, pero alterada y desvirtuada. Hicieron un guion en el que incluyeron morbosidad y desacreditan al mejor director y amigo que tuvo Pedro como lo fue Ismael Rodríguez. Igualmente, a su padre Delfín que lo muestran como un alcohólico irresponsable y quien le enseñó a tocar guitarra y violín a Pedro. El y su madre María del Refugio lo apoyaron para que lograra su sueño de convertirse en artista.
Nunca se supo que Pedro fuera adicto al sexo. Era mujeriego, le encantaban las mujeres y las respetaba según testimonios de actrices que actuaron con Pedro. Era un caballero en una época donde se establecía el respeto y la moral, que en la actualidad no se practican. Por lo que considero que las escenas sexuales pornográficas hasta cierto punto son innecesarias. Denota la satisfacción de los directores en la actualidad que obligan a los actores y actrices a someterse a desnudos y escenas sexuales para vender, que por cierto están por demás. Además, clasificada a mayores de catorce años es muy cuestionable.
Es falso que Pedro haya sido detenido en Venezuela, a donde acudió tres veces en su vida y fue recibido con gran éxito y amor de sus fans, lo trataron muy bien los medios y el gobierno. Tal parece que tratan de infundir odio hacia el país de izquierda, aprovechándose del carisma y popularidad del ídolo mexicano. Nada que ver lo político en este episodio que pudo utilizarse para contar la verdad.
Es falso que le ocurrió su segundo accidente después de filmar “Dos Tipos de Cuidado”, cuando le pusieron una placa en el cráneo, así como falso que haya llevado en sus brazos hasta el hospital a Lupita Torrentera. Falso que se enteró en el hospital que Jorge Negrete había fallecido. Falso que en la filmación “Dos Tipos de Cuidado” se hayan golpeado, pues hicieron muy buena amistad. Falso que el presidente de la República Miguel Alemán los obligó a aceptar que filmaran juntos mediante una agresiva llamada por teléfono en la oficina de Ismael Rodríguez. Lo cierto es que el director Ismael Rodríguez los quería juntar y le pidió el favor al presidente de la república para lograrlo.
Ismael Rodríguez dirigió la película “Dos Tipos de Cuidado” con la condición de que Jorge Negrete y el hijo de Miguel Alemán fueran los productores de la película y así nació Cinematográfica Tele-Voz. Se filmó en 1952 y se estrenó en 1953, año en el que desgraciadamente falleció Jorge Negrete.
Es falso que Pedro tuviera una compañía de aviones con Antonio Matouk que contrabandeaba armas para Cuba. Lo cierto es que fue su representante y socio de Producciones Matouk S.A. Se especuló mucho de que lo defraudó y que se robó la fortuna y bienes de Pedro Infante, pero nunca se demostró. Quizá es lo más destacable en la historia que presenta la serie de VIX.
Es una serie más con desnudos, palabras altisonantes y escenas sexuales que ya son una costumbre en el medio cinematográfico de México con directores y actores extranjeros. Muy bien ambientada en la época con escenas de México preciosas, la fotografía, vestuario y sonido excelentes.
Héctor Molinar Apodaca
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.
