“The girls are fighting, aren’t they?”
Opinión de la representante de Nueva York,
Alexandria Ocasio-Cortez sobre la
disputa entre Musk y Trump.
Y finalmente ocurrió lo que todo el mundo ya sabía que iba a ocurrir: Elon Musk, el hombre más rico del mundo, se peleó con Donald Trump, el hombre más poderoso de los Estados Unidos, que es, quizás, el país más poderoso del mundo -por el momento-. La ruptura de esta alianza táctica entre los dos egos -esos si- más grandes del mundo siempre fue previsible, y, a decir verdad, se tardaron.
Apenas hace poco más de una semana que Musk terminó formalmente el “compromiso” con su comadre Trump, según el cual, el multimillonario habría de encabezar el esfuerzo por reducir el gasto federal norteamericano en varios billones de dólares, eliminando gastos calificados como desperdicio, fraude o abuso.
A final de cuentas, y ya enfrentado a la realidad de lo que es gobernar, Elon Musk solo pudo producir “ahorros” por algunos miles de millones de dólares, sobre los cuales no hay certeza de que en verdad sean un ahorro real, porque la premisa planteada por Donald Trump, de que la mayor parte del gasto federal era desperdicio, fraude o abuso, resultó ser falsa.
Supuestos gastos fraudulentos fueron denunciados por Trump y su equipo que resultaron en la simple demostración de la ignorancia supina del magnate inmobiliario, como, por ejemplo, el realizado por una agencia científica de gobierno para estudios con ratones transgénero.
Es decir, en la mente del hombre naranja, el gobierno estaba estudiando cómo reacciona un ratón cuando se le cambia el sexo. No hubo una sola persona en el entorno de Trump, que le hiciera ver que tal investigación nunca existió; los estudios eran sobre ratones transgénicos, es decir, genéticamente modificados con la finalidad de observar la reacción a diferentes tratamientos médicos.
Y así como ese hubo montones de casos que solo hicieron quedar en ridículo tanto a Trump como a Musk, con el único resultado real de que la popularidad del presidente empezara a declinar de manera significativa.
Aunado a lo anterior, el archimillonario empezó a criticar la política de aranceles de Trump, aunque si bien no hizo en la forma de un cuestionamiento directo a Trump, si lo hizo en la forma de un ataque directo a Peter Navarro verdadero autor intelectual, y principal promotor de los desastrosos e irreflexivos aranceles de Trump, a quien calificV de “perfecto idiota” por medio de su cuenta de X.
Los pobres resultados al frente de la Oficina de Eficiencia Gubernamental (DOGE por sus siglas en ingles), los pleitos y luchas internas propios del equipo distópico de Trump, así como el desprestigio político que empezó a cubrir a Musk, fueron determinantes para que el multimillonario concluyera su periodo como empleado “especial” del gobierno federal al servicio de Trump.
En esta ocasión, y por tratarse de su principal donante -más de 250 Millones de dólares-, al momento de despedirlo, Trump trató de ser deferente, le regaló unas “llaves” doradas de la Casa Blanca, a la vez que emitía algunos elogios y hasta mencionó que seguramente Elon habría de seguir colaborando con su administración, en un intento evidente por mantener apaciguado al sudafricano. Poco le duro el gusto.
De inmediato Musk empezó cuestionando la ley presupuestaria de Trump, la mal llamada por el mismo como una “Ley Grande y Hermosa”, Elon la describió como una “abominación repugnante” en su influyente cuenta de X. Ahí mismo llamo a sus seguidores a pedir a sus representantes ante el Congreso, que acaben con la ley: “Kill Bill”, maten la ley, propuso.
Lo sorprendente de este caso fue que Donald, acostumbrado a utilizar sus propias redes sociales para acatar sin ningún escrúpulo a quien tiene la osadía de enfrentarle, en esta ocasión …no hizo nada. ¡Se quedó callado por un par de días! ¡El bully, buleado!
Por increíble que parezca, la administración Trump y Trump mismo, solo han sido capaces de articular, casi balbucear, una muy tímida defensa, tratando de explicar que la actitud de Musk se debe a que, en la propuesta de ley, se redujeron las subvenciones a la energía verde y los subsidios a los carros eléctricos.
En fin, que las comadres se hayan peleado a nadie debe sorprender ni preocupar, era cuestión de tiempo. Lo que si debe ocupar a las fuerzas progresistas del vecino país del norte, es la amenaza que el oligarca hizo de llamar a formar un tercer partido político.
A pesar del desprestigio que alcanzó en su breve y desastroso paso por la administración federal, Musk aun tiene amplia capacidad manipulación a través de las redes sociales, y por ende, de convocatoria, y los demócratas, fuerza política que en teoría sería el balance frente a las ambiciones dictatoriales de Trump esta paralizada, nadando de a muertito, esperando que Trump se hunda solo para quedar ellos al frente del negocio. Se pueden llevar una nueva sorpresa con Musk en la contienda.
Y no es que Musk pueda competir por la presidencia el mismo, no es norteamericano por nacimiento, pero si alguna lección esta dejando la vergonzosa administración Trump, es precisamente que, en los Estados Unidos, todo se puede comprar …y Musk tiene todo el dinero del mundo.
¿Irán a reaccionar ahora los demócratas para encabezar la resistencia tanto a Trump como a Musk? No se ve.
Es cuánto.

José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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