En los últimos días ha sido posible percibir en el mundo la ola de violencia, delincuencia e inseguridad. Lamentablemente cada vez es más común ver en los medios encabezados trágicos, violentos, que no sólo alteran la tranquilidad social, sino que además desalientan a la economía.
La seguridad y la economía son los temas principales en la agenda política de cualquier gobierno, especialmente en los últimos años. Si bien se han buscado mecanismos que den lugar a un crecimiento económico estable, las acciones no han sido del todo focalizadas de la manera adecuada, especialmente en materia de seguridad pública.
El costo de la inseguridad y la violencia para la economía son altos, cada año las pérdidas materiales, monetarias y humanas van al alza, la delincuencia sigue frenando a la economía y algunos estados parecen no ver el fin de la delincuencia en las calles.
En general el país ha registrado dificultades en materia de seguridad. Después de la crisis económica y financiera de 2008, de 2009 a 2011 se vivieron los años más violento del país en las últimas dos décadas.
De enero a agosto de 2017 se han registrado en el país 1 millón 201 mil 380 delitos, el 3.8% de los delitos registrados se cometieron en Chihuahua. La entidad del norte, es la 7ª con más delitos en lo que va del año.
Hasta 2016 el Estado había logrado recuperarse de la ola de violencia registrada en 2010, para 2017 dicha mejoría se perdió, si bien de 2011 a 2016 los primeros ocho meses del año habían sido más violentos, este 2017 casi alcanzo los niveles delictivos de 2010, de enero a agosto de 2010 se registraron 47,052 delitos, 815 más que en el mismo periodo del año en curso.
De 1997 a 2017, a nivel nacional el año más inseguro ha sido el 2017 con 1.2 millones de delitos, sólo seguido por 2011 con 1.1 millones. Para 2017 los Estados más inseguros son: México con 186 mil, Ciudad de México con 133 mil y Guanajuato y Jalisco con 77 mil delitos.
Sin lugar a dudas la delincuencia tiene altos costos económicos y sociales, si bien la inseguridad no representa cambios en la política monetaria o fiscal de una región si representa la perdida de inversiones, se elevan los costos de producción (costos de seguridad y vigilancia en las empresas), así como los costos de la seguridad pública. Por ende, la delincuencia frena el crecimiento, el empleo y la paz social.
Las economías crecen como resultado de incrementos en la inversión y en la medida en que hay inseguridad los países tienen un menor desarrollo.
Si se desea que la población se desarrolle de debe cotar no sólo con una economía estable, bajas tasas de inflación y mayores niveles de productividad e inversión, sino también con acciones que mejoren la seguridad pública, así como la tranquilidad de las empresas para invertir, producir y generar empleos en la región. Una región segura será una región con mayor crecimiento.
Nancy Carbajal
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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