En un cuento que tengo preparado para Navidad, veo una aldea poblada por seres cubiertos por el mal de la misantropía.
Personas arrastradas por la desconfianza, la negatividad, el descontento; con sentimientos de aversión a todo.
Poseedores de un fuerte desprecio a lo que hacen sus cercanos.
Incluso, abrigan terribles aborrecimientos hacia amigos, paisanos y por extensión, hasta a la especie humana.
Como diría aquel clásico… “no hay chile que les embone”.
No les contaré más, tendrán que leerlo.
El punto es que… el comportamiento humano o la naturaleza humana son así.
Y necesitamos comprender los impulsos humanos, para descubrir ¿Por qué lo hacen? ¿Sólo por joder?
Hablo del tema donde el senador Juan Carlos Loera de la Rosa, sólo por joder, y a sus puros calzones, frenó momentáneamente la construcción del puente elevado que ayudará a darle fluidez al tráfico vehicular en las inmediaciones del centro histórico de Ciudad Juárez, cuando se atraviesa el tren a horas pico.
Mientras cumple su capricho, una nueva víctima fatal sucumbe al problema que se trata de solucionar, y él, tan orondo, salta de un tema a otro en sus ansias de protagonismo.
Su egocentrismo llevado a estos términos, es señal de desesperación por conseguir trepar en la carrera política.
Pero sólo se evidencia como el antagonista de la película.
En este capítulo dedicado a LAS SEÑALES políticas, me cayó buena carnita.
Las primeras señales que deben tomarse en cuenta rumbo a las elecciones del 27 en Chihuahua, son las que proporciona la presidentA, Claudia Sheinbaum Pardo.
Así es nuestra cultura política y lo será por siempre jamás. Tlatoani mata todo. Y ella porta el bastón de mando.
La inauguración del hospital Regional, Tercer Nivel, del IMSS BIENESTAR, en Ciudad Juárez, fue el pretexto para descubrir algunas señales.
La primera señal que percibí, es el colmillo afilado de la presidentA, Claudia Sheinbaum, para desanudar entuertos y su habilidad para persuadir a los actores políticos de conservar la calma en este arranque rumbo a la sucesión del 27 en la entidad.
La segunda señal que advertí, es que, el juego de LAS VENCIDAS, es entre la gobernadora y Cruz.
No entre Cruz y Marco Bonilla, éste último, personaje que se ha desinflado, mientras el alcalde de Juárez, inunda con su imagen el interior del estado.
Pero las señales de apoyo presidencial, hacia Cruz, han sido tan evidentes, que la gobernadora, no sólo lo percibe así, sino que siente muy pesada la fuerza gravitacional en contra, y no queda más remedio que plegarse a la inercia presidencial para evitar un topetazo fatal.
La primera señal se dio en la sierra Tarahumara, los indígenas recibieron el calor presidencial y se entregaron a Claudia Sheinbaum sin reservas. Y no a la gobernadora.
Reconocimiento que acepta la presidentA, con modestia, pero además saca del morral un rasgo de bonhomía y acerca a la gobernadora como parte de este apapacho hacia los pueblos originarios de Chihuahua.
Ahí, Claudia comenzó con su cátedra en el tema de la persuasión, pues como todos sabemos, hay rasgos que identifican el poder de la persuasión.
- Escuchar a profundidad.
- Contagiar el estado de ánimo.
- Mantener la mente flexible.
- Usar la inteligencia y bondad para convencer.
- Saber tranquilizar, apaciguar las inseguridades.
Otra señal fue la de mostrar unión y armonía entre el gobierno federal, estatal y municipal.
Dejar que gobierno del estado acreditara la participación de los medios, es señal de concordia.
Bien se vio Amparo Beltrán en esta coordinación.
Y qué decir de este detalle, que es señal.
Cuando Claudia subía al podio, de frente a él, lo tocó con las dos manos en el pecho. Como si lo quisiera abrazar. Pero no lo hizo.
Como si quisiera decirle… “tú calmao”.
Dos manos en el pecho puede significar, AGUANTA, APECHUGA, TODO A SU TIEMPO.
Y en el uso de la palabra, pidió respeto para la gobernadora, pues la perrada gritona hacía muy incómoda su presencia.
Pero dejó que el aplauso fuera nutrido cuando presentó al alcalde, Pérez Cuéllar.
Senadores, diputados, y demás fauna oficial de eventos similares, en su rol de aplaudidores.
Y una señal más en el presidium… la presencia de Ariadna Montiel.
El discurso.
Francamente fue un discurso repetitivo. Lo que escuchamos a diario en su mañanera, y en todas sus giras.
Pedagogía que aprendió de Andrés Manuel, para martillar en el coco de los mexicanos, mexicanas y mexicanes.
La develación de la placa.
Sin duda fue la señal más significativa.
En la foto, sólo la presidentA y el alcalde.
¿Así? O más claro.
Los acuerdos encubiertos… llevemos la fiesta en paz.
Es fin de año y todo debe ser armonía y felicidad.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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