“Me pueden agarrar en cualquier momento… o nunca”
Ismael el Mayo Zambada, entrevista concedida a don Julio Scherer en el año 2010
Hace apenas un par de días que el mundo atestiguó lo inesperado e imposible: la captura del narcotraficante más emblemático del narcotráfico mexicano, y, de quien se decía, era inatrapable. Finalmente cayó el poderoso Mayo Zambada, líder indiscutible del temible y sanguinario cartel de Sinaloa.
La versión oficial dice que el escurridizo Mayo, quien evadió casi cincuenta años la acción de la justicia, fue traicionado y engañado de una manera por demás infantil, por uno de los hijos del chapo Guzmán.
Se supone que el “Güero Moreno” apodo de Joaquín Guzmán López hijo del Chapo y actual cabeza de los “Chapitos”, lo habría, con engaños, entregado a las autoridades norteamericanas, pero esa versión es muy poco probable, y hay muchos elementos que hacen más viable la opción de que haya sido el propio Mayo quien negoció su entrega poniendo fin a la larga e impune carrera delictiva.
Ismael Mario Zambada Garcia, “El Mayo”, inició su larga carrera criminal, en la ya lejana década de los setenta, primero en el mítico Cartel de Guadalajara, a las órdenes de la primera camada de grandes capos como Miguel Ángel Félix Gallardo, “el Jefe de Jefes”, Ernesto Fonseca, “Don Neto” y Rafael Caro Quintero.
Después, paso a ponerse a las ordenes de Amado Carrillo, “El señor de los Cielos” en el Cartel de Juárez en donde, a finales la década de los ochentas, alcanzaría ya posiciones de liderazgo. Es ahí donde se define su estilo de operar que consiste en mantener un bajo perfil y la utilización del dinero ilícito para invertirlo en negocios lícitos que le dan cobertura y “honorabilidad” a su operación.
Es importante hacer hincapié en que, durante los ochentas, el gobierno de los Estados Unidos, encabezado por el Republicano Ronald Reagan, tuvo una asociación clandestina e ilegal con los entonces incipientes carteles de la época,
A través de la CIA, y el aparato de inteligencia, se les permitió que inundaran los ghettos de norteamericanos pobres, principalmente con cocaína, a cambio de que una parte de aquellas multimillonarias ganancias se destinaran a apoyar la guerra en centro y Sudamérica en contra de la “amenaza” comunista como la veía el conservador presidente. Esa fue la base y origen de los actuales carteles de la droga, aunque los estadounidenses lo quieran negar.
Ya con la primera camada de capos fuera de la escena -por cárcel o muerte- después del asesinato del agente norteamericano Enrique Camarena, y que hoy se sabe, fue asesinado con anuencia de la propia CIA por haber descubierto el involucramiento de su propio gobierno en la actividad delincuencial, vendría una nueva camada de jefes, mas sanguinarios, mas descarados, y mas dados al lucimiento personal. No así el Mayo.
Quizás el capo mas emblemático de aquella nueva “generación” es el “Chapo” Guzmán, a quien por su protagonismo se le identifico como el jefe del Cartel de Sinaloa, y fue por mucho tiempo el criminal mas buscado por la DEA, sin embargo, hoy ya se sabe que, sin quitar protagonismo al Chapo, el Mayo era realmente el verdadero poder tras el trono como lo relató la periodista Anabel Hernández, hoy en descrédito, por cierto.
Y así seguiría por muchos años, mientras el Chapo era encarcelado y perseguido de manera implacable tras sus espectaculares fugas, el Mayo seguía haciendo crecer su emporio, legal e ilegal, sin mayores interrupciones.
El único “desliz” que se permitió en todos estos años, fue la entrevista que le concedió, allá en el 2010 al laureado periodista Julio Scherer, y nada más. Por cierto, en dicha entrevista, el “Señor del Sombrero” como también se le conocía, le confesó al periodista que uno de sus más grandes miedos era… pisar la cárcel.
Entonces, ¿porque precisamente hoy decide salir de su escondite, en donde pudo haber permanecido, seguro y cómodo hasta el fin de sus días? Eso posiblemente lo sabremos en los próximos días, pero por el momento podemos aventurar algunas hipótesis.
Según reportes atribuidos a la DEA, el capo se encuentra delicado de salud, por lo tanto, es posible que no le quede mucho tiempo de vida, ¿Por qué no ofrecer su propio sacrificio para obtener seguridad para su propia familia en el mediano y largo plazo?
Bajo esta premisa, haberse entregado hace quedar bien a la DEA, por un lado, y mal al gobierno de AMLO, quien ni siquiera estaba enterado de este operativo. No perdamos de vista que el gobierno de la 4T ha puesto limites al numero de agentes de la DEA que pueden operar en el país, y además les puso como condición hacerlo desarmados, cosa que no agrada a la DEA para nada.
Continuando con esta premisa, ya en los Estados Unidos, el Mayo habría de ser atendido de sus dolencias, sin la presión de vivir escondido, con el temor de que pudiera ser aprehendido en cualquier momento, por el contrario, tendría mucha mejor atención medica que la que pidiera tener en su escondite de la sierra.
¿El costo de esa movida? Nada excesivo, seguramente entregará algunas cabezas, pero no es la primera vez que lo hace, incluyendo la de su propio hijo el “Vicentillo”, y todo seguirá como siempre, business as usual, dicen los gringos, y el podrá pasar tranquilo lo que le quede de vida.
Mas allá de cualquier hipótesis, lo cierto es que mientras haya demanda de drogas, y estas sean ilícitas, el narcotráfico será un gran negocio. Urge la despenalización de las drogas blandas, y la no criminalización de los usuarios, mientras eso no ocurra, los Mayos seguirán proliferando sin que el Estado pueda hacerles ni cosquillas. En ese sentido, la 4T nos quedó a deber.
Es cuánto.
José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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