¿Puede México replicar el éxito de China en tecnología y desarrollo?
Desde que inició el nuevo milenio, hemos visto cómo China se ha consolidado como líder en desarrollo tecnológico en diversas áreas: la industria automotriz, la construcción, la medicina y, especialmente, en la computación y los sistemas de información. China hizo la tarea, invirtiendo en ciencia y tecnología como palancas de crecimiento, y ahora es una potencia económica que ha logrado sacar a más de 800 millones de personas de la pobreza desde 1980, según el Banco Mundial. Este avance ha sido posible gracias a la innovación combinada con un crecimiento económico inclusivo.
Pero, ¿qué hizo China para llegar a donde está hoy? La clave ha sido la estrategia gubernamental y las políticas públicas. La implementación de iniciativas estatales enfocadas en la autosuficiencia tecnológica y en el desarrollo de industrias estratégicas —como semiconductores, 5G y robótica—, junto con una inversión en I+D que representa el 2.4% de su PIB, han permitido avances en múltiples campos, ya que todos dependen en mayor o menor grado de la tecnología para su desarrollo. Además, el gobierno chino apoya a sus empresas locales mediante incentivos fiscales, protección y fomentando grandes compañías como Huawei.
La educación ha sido otro pilar fundamental; China produce el 40% de los graduados en ingeniería a nivel mundial. Universidades como Tsinghua y Peking lideran en publicaciones sobre inteligencia artificial, consolidando su liderazgo en innovación.
La transformación económica de China ha tenido un impacto profundo en la reducción de la pobreza. En 2023, la economía digital representó el 40% del PIB, con aproximadamente 1,100 millones de usuarios de internet. El sector tecnológico emplea a unos 70 millones de personas. Los mecanismos de inclusión también han sido relevantes: los sistemas gubernamentales identifican hogares vulnerables y asignan recursos de manera eficiente. Proyectos de inteligencia artificial en agricultura aumentan la productividad en regiones rurales, y la educación remota democratiza el acceso a la capacitación técnica.
La apuesta de China por la tecnología, mediante políticas estructuradas, educación e inversión, ha catalizado un crecimiento económico que ha transformado su sociedad. Al integrar innovación con inclusión digital, China ha demostrado que el desarrollo tecnológico puede ser un motor eficaz para reducir la pobreza.
Hoy, México está en una posición favorable para lograr un desarrollo con inclusión. Para ello, la soberanía tecnológica y la seguridad nacional son fundamentales, ya que permiten a cualquier país controlar las tecnologías críticas y estratégicas para proteger su integridad, autonomía y bienestar. La independencia en infraestructura de comunicaciones, energía, defensa, transporte y salud, cada vez más dependiente de sistemas tecnológicos, es esencial. Si estas tecnologías son controladas por actores externos, existe el riesgo de interrupciones deliberadas, espionaje o sabotaje.
La soberanía tecnológica implica tener control sobre el desarrollo y manejo de sistemas de ciberseguridad, criptografía y almacenamiento de datos, como lo ha hecho China. Esto es vital para proteger la información gubernamental, militar, económica y personal frente a amenazas externas. La dependencia de proveedores extranjeros para tecnologías clave puede convertirse en una vulnerabilidad, especialmente en tiempos de tensiones geopolíticas o sanciones económicas, como las que vivimos actualmente. Desarrollar capacidades propias permite al Estado actuar con mayor libertad y responder a posibles crisis. Además, garantiza que las fuerzas armadas tengan acceso seguro y autónomo a estas herramientas, sin depender de otros países.
Al igual que la soberanía alimentaria o energética, la soberanía tecnológica es crucial para la seguridad nacional y se convierte en una dimensión del poder de un país. Quien domina la tecnología puede imponer estándares, regular flujos de información y ejercer influencia en otros países, con implicaciones en la geopolítica y la seguridad.

Leticia Ortega Máynez
Ingeniera apasionada por las matemáticas y la investigación. Con doctorado en Manchester, ha contribuido al procesamiento de imágenes médicas. Además, ha participado activamente en movimientos sociales y políticos, abogando por los más vulnerables. Actualmente es Diputada Local por el Distrito 02 en Ciudad Juárez.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.