Cómo les he comentado en ocasiones anteriores, he tomado en serio el confinamiento voluntario, no soy millonario, ni tengo la reserva federal a mi disposición, pero para mi fortuna mi modelo de trabajo me ha permitido trabajar desde mi casa, desde hace ya algunos años.
Estos días, además he podido dedicarme a varias actividades que tenía pendientes y a platicar por teléfono con quien hace mucho tiempo no lo hacía.
Por las noches, mantenimiento profundo al sitio, junto con mi hermano, socio y webmaster, Alan Madrid; y el esbozo de la nueva cara que llegará pronto.
Llamadas de teléfono de cortesía y de negocio y algunas videoconferencias, que me me han servido para contrastar las opiniones sobre el bicho maldito que nos asedia.
Me sorprendió escuchar la opinión de una dama que afirmaba que esto es “solo una maniobra para aumentarnos los precios…”
¡No, por Dios!
Olvídese de las estadísticas si quiere, porque está visto que ninguna nos va a satisfacer, ninguna nos va a decir lo que queremos oír o leer; porque ninguna cuadra; porque ninguna se apega a nuestro criterio, creencia o ideología personal, pero no deje de lado un hecho, sea por lo que sea: ESTO ES REAL.
Nadie lo va a juzgar de crédulo o loco (por ser respetuoso y no llamarle pendejo) si toma las medidas para cuidarse, y disculpe la rudeza que no acostumbro, pero por favor cuidese.
Estamos en Fase 3 y por algún motivo que sigo sin entender, muchos consideran que pronto llegaremos al final de la pandemia, que la fase 3 es como el nivel máximo y se se acabó por arte de magia y todos a retomar su vida normal.
Se lo digo claro, por favor, no es un videojuego… Cuidese.
Fase 3 significa que estamos en el momento más sensible de contagios, el momento donde más debe cuidarse.
Hoy en el mundo hay, por lo menos, 2.7 millones de casos confirmados, 11 mil 633 en México, 271 en el Estado de Chihuahua de los cuales en nuestra región 674 en El Paso y 188 en Ciudad Juárez.
Y le digo “por lo menos” en el párrafo anterior porque sí, la numeralia no cuadra.
No cuadra lo que dice la OMS, el Gobierno Federal, el Gobierno del Estado o los servicios globales de información como Google.
Hay muchos motivos para ese descuadre, primero por el tiempo que pasa entre que lo reportan públicamente cada instancia, el tiempo en que se agregan estos datos unos a otros, la disponibilidad de la información y los que usted quiera pensar.
Pero, lo que le debería de importar en este momento no es la estadística, que si bien es importante, lo más no es el monto crudo que representan, si no la severidad del caso que nos afecta y tomar las recomendaciones de salud.
También me he percatado que en medio esta crisis de salud, la sociedad en general, incluidos políticos, empresas y asociaciones; empiezan a despertar un compromiso social.
Internet, también ha sido la ventana al mundo en el que podemos ver las muestras apoyo solidario para intentar paliar tal o cual necesidad.
Los políticos no están exentos, algunos, como la Diputada Marisela Sáenz; han difundido en sus redes sociales las acciones realizadas en bien general de la población o de un sector en particular.
Empresas como Grupo Posada, dueño de Fiesta Inn ha donado 2 mil habitaciones para los médicos de Ciudad Juárez y Chihuahua capital.
Smart, 600 paquetes alimentarios y hoy nos sorprende con un millón de pesos para la causa “Héroes de Salud”
Chuy Otero, de Century 21, y su familia ponen a disposición una nave industrial para ser utilizada en caso de necesitar más espacio.
El Colegio Médico Masónico y la Gran Logia Cosmos del Estado de Chihuahua cubrebocas, uniformes y caretas a personal de la salud en varios hospitales.
Club Activo 20-30 y BM9 equipo para aislar a los pacientes de los profesionales tratantes de la Cruz Roja y el IMSS
Fechac insumos y equipamiento a hospitales e impresoras 3D a la UT Camargo para hacer caretas
El reciente caso confirmado en Guachochi motivó a la UT Tarahumara a elaborar gel antibacterial y a los alcaldes Hugo Aguirre y Alfredo Lozoya a trabajar por esa comunidad, este último donando de su haber personal equipo médico y alimentos para la población más vulnerable.
“Lo que impacta en esa región, impacta directamente a Parral”, dijo Lozoya.
A propósito del Caballo Lozoya, el singular alcalde mencionó en una rueda de prensa reciente que “ningún parralense peleará indefenso contra la pandemia del COVID-19”, refiriéndose a los Parralenses que trabajan en primera línea de atención en cualquier parte del estado en esta pandemia.
Me enteré por mera casualidad que la asociación Mamás Doctoras, A.C. de Ciudad Juárez le tomaron la palabra solicitando apoyo en forma de material de protección.
Así, silente, cumplió su palabra enviando, como lo prometió, ayuda en especie, también como en el caso de Guachochi, sin meterle la mano al cajón del erario público, de su bolsa.
Eso me llamó la atención, por que no se sabe, y pecaría de difamación si lo asevero, pero ningún otro alcalde o alcaldesa, diputado o diputada o el propio gobernador, además de su importante trabajo de cara a la sociedad ¿se han puesto las pilas donando a la sociedad de sus recursos personales?
No lo sé. Si usted sí, saqueme del error…
¿Armando Cabada, Maru Campos o Javier Corral han donado algo?
Cierto es nada los obliga, por eso son sus recursos personales, por eso destaca la acción en el alcalde Lozoya.
Agregue usted que la sanitización aérea de hace unos días en Parral fue patrocinada también con los recursos propios de Alfredo Lozoya; mientras en Juárez, por ejemplo, el mismo ejercicio tendrá un costo de 1.5 millones de pesos con cargo al municipio y pagaderos a Grupo Imperial de la familia Fuentes por el servicio, según la propia declaración del alcalde Armando Cabada.
Contrastes, solo contrastes en el compromiso social
Hay muchos otros benefactores que en el silencio y sin reflectores también han hecho lo propio, de ello me he podido dar cuenta entre tanta conversación telefónica de los últimos días.
Un sinnúmero de iniciativas se suman a donar esperanza en medio del creciente caos.
Anoche durante la cena, con la familia reunida, platicamos con los niños de varios temas, sin importancia si usted quiere, cuando derivamos de alguna forma a platicar de cómo es diferente la vida de ellos (mis hijos) y la que nosotros vivimos de niños, estaban sorprendidos e incrédulos de que no tuvieramos internet ni celulares.
-¿Como veian peliculas? preguntó el de 7.
– En el cine le respondí.
– ¿Cómo llamabas? (refiriéndose a las videoconferencias)
– Por teléfono, le dije yo, pero no de estos (señalando el celular) de los fijos que están conectados a la pared.
– ¡Mamá! ¿está mintiendo? le preguntó a mi esposa.
– No. Así era antes ¡y nos divertíamos mucho! contestó la dueña de mi corazón.
Me quedé reflexionando sobre la inocencia de estos y la incredulidad por situaciones que no han vivido y que están fuera de su contexto imaginario. Nacieron conectados.
No pude dejar de compararlos con la situación que vivimos actualmente.
Esto nadie lo ha vivido, la última pandemia con esta velocidad de contagio y mortalidad la tuvimos en 1918 con la mal llamada fiebre española. En ese entonces se llevó consigo, según estiman, a más de 40 millones de personas en todo el mundo, principalmente europa.
Así como mis hijos, inocentes e incrédulos de lo que no han vivido, así estamos hoy ante el COVID-19, incrédulos.
No quiero dejar de agradecer humilde, pero sinceramente, a los médicos y personal de primera línea que se la están rifando por nosotros. Son sin duda los héroes sin capa de esta historia.
Cuidese mucho y cuidese bien.
¡Quédase en casa!
David Gamboa
Mercadólogo por la UVM. Profesional del Marketing Digital y apasionado de las letras. Galardonado con la prestigiosa Columna de Plata de la APCJ por Columna en 2023. Es Editor General de ADN A Diario Network.