Para los que no estén muy empapados en el ambiente del teatro, debo comentar que al presentar una obra, en aproximadamente 15 minutos antes de iniciarse esta, se escucha en los altavoces, atención primera llamada, primera llamada, pasan algunos minutos y se escucha, atención segunda llamada, esta es la segunda llamada. Lo anterior es para que el cuadro de actores den los toques finales y se alisten para su presentación, asimismo para que el público tome su lugar (regularmente numerado), la tercera llamada es para comenzar la obra, se dice, “Atención tercera llamada, tercera, comenzamos“. El título de mi artículo tiene una pequeña variación y en lugar de comenzamos la sustituyo por nos hundimos. Como si de una obra de teatro catastrófica se tratara, y México fuera un barco que se hunde bajo la conducción de un hombre sin la menor idea de navegación que hace tontería y media, que nos tiene en un naufragio, sin rumbo alguno, bajo una furiosa tempestad, casi para hundimos, bien decía Séneca, “Cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables“. ¿Y el capitán que hace? El va atacado de la risa, con la mirada y la mente extraviada. Se preguntará usted, ¿qué pasa con la tripulación y el pasaje? Ellos, contagiados de la demencia generalizada… van aplaudiendo, con inconsciencia, con desparpajo, con alegría suicida.
¿Es lópez invencible, lo siguen los lerdos? Aunque me cueste reconocerlo en mis artículos de opinión, él si hace algo bien, y ese algo es haberse camuflado con el ciudadano común, con la mayoría de la gente. Analicémoslo detenidamente. 1.- jamás ha emprendido negocio alguno, 2.- su currículum escolar lo muestra como un hombre impreparado, 3.- no le gusta trabajar, 4.- su aseo personal es deplorable, 5.- es soberbio con los humildes y modosito con los poderosos, 6.- ha educado atrozmente a sus hijos, 7.- escribe y habla con severos errores, 8.- su cultura es bajísima, 9.- es envidioso con las personas de éxito, 10.- es mentiroso compulsivo… (la lista es interminable) podría llegarse el caso que si le pegaran piojos, eso lo haría más querido por un pueblo igual que él. Esa es la raíz del endiosamiento de los perdedores con alguien con el que se identifican. Si, supo llegarles al alma a los poco pensantes. ¿Podemos cambiar esto? Sinceramente les digo que es muy difícil, casi imposible. Los errores atroces de ortografía y pensamiento son parte de la magia de lópez, con lo que conecta fuertemente con su clientela política. Difiriendo del Chapulín Colorado que arengaba, “Síganme los buenos“, él clama, “Síganme los lerdos” ¡gulp!
Tatiana Clouthier titular de la Secretaría de Economía, ¿es broma? Mientras que en la mayoría de los países del orbe esa alta posición la ejercen personas con una preparación exquisita conseguida en las mejores universidades del mundo, aquí, se designa una licenciada en Lengua Inglesa que se ha desempeñado como profesora y traductora. Parece cosa de locos como se maneja el país, según lópez lo que importa es la honestidad por encima de la preparación, quiere obediencia ciega, quiere floreros que estén de adorno. Cuan lejos está del pensamiento de John F Kennedy y esta joya de frase, “Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él“, lópez es lo diametralmente opuesto a Kennedy.
¿Somos el país de la trampa, el engaño y la simulación? Podría formularla como enunciado/afirmación, no como pregunta. Se comunica mi admirado amigo tijuanense Ramiro Rosales quien merced a su prodigiosa condición física ha corrido ultra maratones (extenuantes y monstruosas carreras de 100 kms). Me comenta que hay vivales que están organizando carreras virtuales de ese tipo y confían en lo que los participantes les dicen que corrieron, de tal manera que muchas personas están obteniendo diplomas que acreditan haber terminado un ultra maratón, la trampa es que les dan un mes para correr la distancia de 100 kms mencionada, la verdad eso es de risa. Ramiro ha corrido esa carrera como debe ser, en varias horas, sin descanso intermedio. Es como algunas Maestrías y Doctorados fraudulentos (al no ser respaldados por conocimientos) que ostentan muchas personas, se necesita mucha cara dura para presentarse como Máster o Doctor sin serlo, ¿qué nos pasa? Engañar a los demás es hacer trampa, engañarse a si mismo es patético…
Maru Campos, mucha candidata para un partido tan pequeño.- a unos días de su registro como precandidata del PAN, algunos panistas están temerosos de otorgarle su aval (firma) para el mismo. No quieren contrariar al gobernador quien está empecinado en obstaculizar que aparezca el nombre de Maru Campos en la boleta electoral, no entiende que sólo ella tiene la fuerza para ganarle (y arrastrar) a Morena, que Gustavo Madero no gana ni en lotería de kermesse. Muchos nos preguntamos, ¿qué le pasa a Corral, quiere que gane Morena, por qué tanta misoginia? Curiosamente apoyamos a Maru con más entusiasmo gente que no militamos en ningún partido así como priistas y perredistas. He de comentar que se registraron ocho suspirantes para lograr la nominación de Morena a la gubernatura, es de destacar el ridículo tono de fiesta de pueblo con que lo hizo Loera de la Rosa, hubo: serpentinas, confetti, porras, papel picado, entusiasmo (pagado), tambores, silbatos… muy al estilo PRI. En lo particular me gustaría que ya sea Loera o Cabada fuera el candidato, son lo más representativo de ese infame partido, le darían mucho sabor al caldo, de tan malos son graciosos.
“El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”
– Arthur Miller
“Hay dos clases de economistas; los que quieren hacer más ricos a los ricos y los que queremos hacer menos pobres a los pobres”
– José Luis Sampedro
“La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía”
– Proverbio árabe
José Cruz Pérez Rucobo
Lic. en Economía por la UACJ. Me dedico al comercio como medio de subsistencia y al periodismo y crítica política como ejercicio lúdico. Soy un hombre de izquierda por naturaleza, cualquier cosa que ello signifique.
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