México se encuentra inmerso en plena temporada electoral, en nuestra ciudad las acciones de publicidad y propaganda de los diversos partidos políticos no harán más que incrementarse en los próximos días al dar inicio las campañas políticas locales. A veces la insurgencia ciudadana aparece, otras veces se impone la indiferencia y el abstencionismo.
Ciudad Juárez ha destacado históricamente como un punto geográfico del país donde ocurren fenómenos económicos, políticos y sociales que después se replican de manera general en el país.
Se que la mayoría de los juarenses son pensantes pero también prácticos, por eso en muchas ocasiones dejan pasar muchas cosas, perder el tiempo no es opción cuando estamos acostumbrados a perseguir el sustento diario a través del trabajo productivo.
Lo anterior hasta que notamos que algunos políticos empiezan a creer que tienen segura su permanencia en el poder y comienzan a salirse de los límites del descuido, la prepotencia o el despilfarro.
Es entonces que de vez en cuando la ciudadanía se rebela y castiga al grupo en el poder. La participación ciudadana en las elecciones se incrementa y es así que generalmente tienen lugar las sorpresivas derrotas o victorias según sea el caso.
Pero esto, desafortunadamente, es la excepción y no la regla. Sabemos por experiencia que gobiernos ya sean de este o aquel signo político, por las razones que sean, difícilmente cubrirán las expectativas de un buen gobierno.
Es así que la indiferencia, la apatía o en ocasiones hasta la desesperanza, prevalecen en los procesos electorales. Se cuestiona la utilidad de tener elecciones y se conforma una actitud mayoritaria de rechazo a la participación política.
Y es que muchas veces la llamada clase política poco hace por elevar el nivel del debate de ideas, por comunicar propuestas creíbles y por acercarse de manera eficaz al ciudadano.
Es así que se vuelve una lucha de estructuras partidistas, donde la capacidad de movilización del “voto duro” determina el resultado electoral. Una democracia dirigida, tutelada, capturada por pocos.
Hasta que algo pasa, de pronto la actitud de varios ciudadanos de a pie cambia y deciden actuar por lo menos un día, deciden que irán a votar el día de las elecciones, critican al status quo, se agrupan y de esa manera se crea una dinámica que nadie puede detener.
En otros tiempos lo único que le quedaba al grupo gobernante era el camino de la represión, cosa que funcionaba temporalmente pero que finalmente demostraba la inevitable proscripción del régimen establecido, al menos en su forma más autoritaria.
Afortunadamente hoy podemos decir que a través de la participación política y ciudadana tenemos la posibilidad de adoptar una actitud mucho más constructiva, desde votar en elecciones periódicas hasta la de tomar parte activa en los asuntos de la comunidad.
La firme actitud de cada persona es al final de cuentas la brújula que orienta el destino de las familias, de nuestra ciudad, de la nación mexicana, de la humanidad.
“Buscad el bien, no el mal, para que viváis, y que así sea con vosotros Yahveh Sebaot, tal como decís.”
(Amós 5:14)
Moisés Hernández Félix
Lic. en Administración Pública y Ciencia Política, candidato a Maestro en Administración en curso. Ha sido funcionario público federal y docente en nivel media básica y medio superior. Se especializa en gobernanza educativa y políticas públicas.
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