Escribir sin filias ni fobias cuando se trata de AMLO, pareciera una tarea casi imposible, sin embrago este gobierno tiene claro obscuros como muchos otros, aunque también quiero decir que son más los claros, los avances en muchos temas son innegables, la separación de los intereses empresariales y el gobierno es una muestra de ello, la reducción de la pobreza, el control de la inflación, el tipo de cambio y la economía en general, marchan mucho mejor de lo esperado y de lo que históricamente ha sucedido.
Mucho se ha hablado de las cosas que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho mal, yo mismo he criticado algunas decisiones de su gobierno, una de ellas es la inacción en cuanto a seguridad pública se refiere en dónde los homicidios tienen niveles inaceptables, lo mismo que el tema de los migrantes en donde existen municipios como Ecatepec, en donde la cantidad de gente de piel negra ha crecido de manera impresionante, pero en todo el país existe una afectación al respecto.
La falta de transparencia en el uso de recursos y asignación de contratos, podría indicar que la corrupción persiste, también el control excesivo de la comunicación y no solamente en cuanto a la agenda diaria marcada por la “mañanera”, sino a la censura y autocensura de quienes cogobiernan con el presidente.
El tema de la salud sigue estando pendiente, la educación sufrió un revés con los libros de texto y la cultura como política de Estado es prácticamente inexistente, carreteras inconclusas como la de Oaxaca a Puerto Escondido, las continuas descalificaciones a la incipiente oposición o a sus críticos y los comentarios que ha hecho sobre otros gobiernos electos legítimamente, pero que no son de izquierda, dejando atrás lo que se había rescatado de la Doctrina Estrada, además claro está el hecho de haber aprovechado el discurso de odio, que si bien es cierto él no lo inició, si lo aprovechó para aumentar la polarización social y así mantener a sus simpatizantes en la línea que necesita para poner en evidencia su enorme popularidad y aceptación.
A AMLO o lo aman o lo odian y eso inhibe conocer muchas de las equivocaciones y bondades de su gobierno, a mí me parece que la mal llamada clase media y que incluso a veces se cree de clase media alta sin serlo, tiene un odio absolutamente irracional, ahí no caben los logros evidentes, a veces grupos de diferentes religiones deseando o por lo menos publicando en redes sociales que AMLO se muera, burlándose de su pequeño hijo o de su esposa, no cabe duda que la fuerza de la irracionalidad es tan cercana a la intolerancia, como cualquier dictadura en la historia.
En vista de que muchas de las dependencias gubernamentales no eran confiables, AMLO recurrió acertadamente al Ejército Mexicano y a la Armada de México para poder llevar a cabo obras y tareas que de otra manera, hubieran estado plagadas de corrupción, y no digo que no exista, pero es significativamente menor a si los políticos y civiles las hubieran llevado a cabo. Lo he dicho en reiteradas ocasiones, nuestras fuerzas armadas no deberían estar haciendo labores que no les corresponden, pero no había de otra y les corresponde en cuanto al Comandante General que es el Presidente de la República lo manda.
El Tren Maya es una realidad, si va más rápido o más lento… EL Tren Interoceánico dará a México una posición de enorme ventaja en cuanto a comercio y transporte de mercancías se refiere, claro que el autotransporte de carga y me refiero al vehicular, ese que invade calles y carreteras con sus peligrosísimos dobles remolque no están de acuerdo, como con el AIFA, que se convertirá en un aeropuerto de carga. Y así un sinfín de intereses que al poner primero el interés de todos los mexicanos, reaccionan defendiendo cada quien sus cotos.
Yo creo que el saldo hasta ahora es positivo, el problema es que quienes evalúan de un lado o del otro no gozan de credibilidad entre sí.
Fernando Schütte Elguero
Empresario inmobiliario, maestro, escritor, y activista en seguridad pública. Destacado en desarrollo de infraestructura y literatura.
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