TORRE SABATINA
‘Los debutantes’, del cantautor español, Joan Manuel Serrat de los 70’s, no pudo interpretar mejor, a manera de sátira, el nuevo affaire, de la relación política que se cargan el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, María Eugenia Campos y ahora también, el excandidato de Morena a la gubernatura y delegado del gobierno federal en Chihuahua, Juan Carlos Loera.
Y también, al final de la tarde-noche, un ‘arrumaco’ con el presidente municipal de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar.
“Los amantes debutantes, empezaron a bailar ayer, van girando, preludiando, la sinfonía del hombre y la mujer…”
Un prolongado momento de ‘honey moon’ que ya quisiera cualquier gobernador, no digo de la oposición en el país, sino del mismísimo partido político del presidente (Morena), en medio del desconcierto de la derecha y el creciente caudal de problemas sociales y de la galopante crisis económica, cuyos números de la inflación al alza y los efectos colaterales sobre la economía, han puesto en verdadero ‘jaque’ a los ciudadanos de este México surrealista.
La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador y la recepción y cortesía de Palacio en Chihuahua, acabó por un momento con todos los mitos y las leyendas que han tejido la historia de una entidad de ‘bárbaros’ y de ‘indomables’ del desierto en el norte del país.
El viejo de las canas blancas resultó, a final de cuentas, como luego se dice coloquialmente en el pueblo, más ‘cabrón que bonito’.
El escenario de los ‘amantes debutantes’ de Serrat, brutal para muchos de los ortodoxos políticos de la vieja guardia en el partido de Manuel Gómez Morín, que sigue dibujando la nueva transición de la oposición a mitad del sexenio del gobierno ‘conquistador’ de la cuarta transformación en México.
Y el presidente quiere conquistar Chihuahua y prolongar el período de la ‘4T’ con nuevos aliados en el concierto nacional.
En el marco de las fiestas decembrinas, con las posadas y la Navidad, el Ejecutivo se convirtió en el dadivoso ‘Santa’, que trajo a esta entidad, todo tipo de regalos para congraciarse con todos los chihuahuenses que en las elecciones de junio pasado le negaron la posibilidad de acceder a un nuevo gobierno, distinto a los que han transitado con los partidos tradicionalistas y del “neoliberalismo” del PRI y del PAN, como tantas veces ha citado Andrés Manuel López Obrador en sus incendiarios discursos de oposición en contra de la corrupción.
El viejo, empero, sigue conquistando a Maru Campos, cuya gobernadora, también hábil en estos affaires políticos, se deja querer, como mandan los cánones de la política, cortesía y la diplomacia institucional.
López Obrador sacó del costal, la promesa de innumerables apoyos para Chihuahua, la conclusión del Hospital de Especialidades, la regularización y registro de los autos ‘chocolate’, la reducción de impuestos al IVA y Sobre la Renta, y los combustibles.
Anunció un incremento a los salarios y un acuerdo que su gobierno trabaja con el de Chihuahua, para hacer universal el derecho a la pensión de las personas con discapacidad.
Unió, en medio de todas las vicisitudes y las viejas afrentas políticas, a la gobernadora Maru Campos y a su hijo ‘amado’, Juan Carlos Loera:
“Miren lo que es la verdadera civilidad política, la verdadera urbanidad, la madurez, la responsabilidad. Fueron adversarios y ¡miren!”, dijo el mandatario del país, que exprofeso pidió a Loera subir al templete, donde Maru y Juan Carlos unieron sus puños, en señal de la nueva unidad en Chihuahua.
Las fotografías que circularon ayer por las redes sociales hablan por sí solas del reencuentro político.’
Las miradas, las sonrisas y las manos sobre las manos y brazos, que dicen mucho de esa honey moon que vive el gobierno de la ‘4T’ en el estado de Chihuahua, y donde el presidente Andrés Manuel López Obrador, Maru Campos, Juan Carlos Loera y Cruz Pérez Cuellar, son simples mortales de las nuevas circunstancias políticas.
“Queremos tener muy buena relación con la gobernadora Maru Campos; ella está en la misma tesitura, de modo que nos vamos a seguir llevando bien y esto en beneficio del pueblo de Chihuahua, en beneficio de todos los ciudadanos”, dijo el presidente en su mensaje.
Llegará pronto el momento en que ese maravilloso sueño tejido por el presidente termine. Las ambiciones políticas son muchas y tentadoras. Al tiempo.
Por lo pronto, y como lo dijo Serrat en su canción, “Con sus rizos primerizos, la ternura les tejió una red y un soneto que, en secreto, les lee Becquer para abrevar su sed”…
Mario Héctor Silva
Periodista y Analista Político.
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