El debate entre la maternidad y la carrera profesional sigue siendo un tema candente en la sociedad actual. A pesar de los avances en materia de igualdad de género, persisten situaciones injustas donde las mujeres se ven obligadas a elegir entre su trabajo y su rol como madres. Es una realidad desalentadora que muchas mujeres se encuentren criando a sus hijos solas debido a la falta de apoyo de su pareja para continuar con sus carreras profesionales.
La idea de que una mujer no puede ser exitosa tanto en su vida profesional como en su papel de madre está profundamente arraigada en la cultura, lo que se traduce en dificultades para aquellas que buscan equilibrar ambas responsabilidades. Se nos presenta como una disyuntiva: o trabajamos o somos madres, como si ambas cosas fueran mutuamente excluyentes. Esta mentalidad limitante perpetúa la desigualdad de género y niega a las mujeres la oportunidad de desarrollarse plenamente en todas las áreas de sus vidas.
Es importante reconocer que no se trata de una competencia entre roles, sino de la necesidad de igualdad de oportunidades y apoyo para todas las personas, independientemente de su género. Es agotador ser la única responsable de conciliar los sueños y proyectos propios con las demandas del hogar y la crianza de los hijos, mientras que la carga financiera y emocional recae en nuestros hombros.
Las mujeres también tenemos metas y sueños que deseamos perseguir, y no deberíamos tener que sacrificarlos por el bienestar de la familia. Sin embargo, en muchos casos, la falta de apoyo de la pareja o de políticas laborales flexibles nos obliga a relegar nuestras ambiciones y aspiraciones. Esta situación puede llevar a resentimientos y tensiones en la relación y, en última instancia, a la separación.
Es fundamental que la sociedad y las empresas reconozcan y valoren el aporte de las mujeres tanto en el ámbito profesional como en el familiar. Se deben implementar políticas que promuevan la igualdad de género, como la licencia parental compartida, horarios flexibles y guarderías en el lugar de trabajo. Además, es necesario fomentar una cultura que destierre los estereotipos de género y promueva la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos y las tareas del hogar.
No se trata solo de empoderar a las mujeres para que puedan perseguir sus metas, sino de crear un entorno que permita a todas las personas, independientemente de su género, desarrollarse plenamente en todas las áreas de sus vidas. La maternidad y la carrera profesional no deberían verse como opciones excluyentes, sino como aspectos complementarios de la vida de una mujer, que merecen igual reconocimiento y apoyo.
Verena González
Lic. en Ciencias de la Comunicación