Sobran los calificativos para describir lo sucedido con el Tren Maya, discutido desde el momento de su concepción, por la prisa y falta de preparación de un proyecto ejecutivo.
Dejemos de lado su viabilidad económica, que esperemos por el bien del país, se llegue a consolidar a los años de operación. Si bien surge de una iniciativa del presidente, es imperdonable la acción de los funcionarios involucrados, de las diferentes dependencias. Si bien se terminó confiando su administración al ejército, los constructores, todos privados, nacionales e internacionales, han transitado con regulares a malos estándares en la construcción. Por cierto, españoles y portugueses administrando tramos y jugosos presupuestos, cuando se dijo que todo sería para el pueblo de México.
Los hechos sucedidos la semana pasada, en el polémico tramo 5, son el colmo de colmos, y de basta indignación para ambientalistas y sociedad civil. No se puede tolerar más el desastre ecológico, y los irreversibles daños a los ecosistemas de esa zona.
Quiero pensar que, si el presidente de una nación dice, que se haga una obra, quiere que se haga perfecta y cuidando todo el entorno. Luego entonces, los culpables de dicha afectación son, primero la Constructora INDI, El supervisor de la construcción, la Supervisión ambiental. Luego, SEMARNAT y PROFEPA, la primera por no revisar los estudios que debieron acompañar la Manifestación de Impacto Ambiental, y exigir al Supervisor ambiental la correcta ejecución de los métodos constructivos. Y PROFEPA, debe imponer una multa económica ejemplar por daño y exigir la reparación del daño.
Queda claro, que hay un culpable, “La Constructora” y un órgano que debe actuar, La PROFEPA” para que reparen el daño.
Esto sólo hablando de lo más evidente en este momento del tramo 5, ya que los tramos 1,2 3 y 4, tienen multitud de omisiones. Operan con acciones ambientales de medio pelo, que, a la larga, traerán serios daños al ecosistema.
Donde están los órganos colegiados en materia ambiental, como el Colegio de Biólogos, la Academia Mexicana de Impacto Ambiental, u organizaciones ambientales. Sólo se escucha el reclamo de algunos locales.
Ahora que, en el país, y en el mundo comienza aflorar la escases de agua, como es posible que se permita tremenda negligencia. El sistema de aguas subterráneas de la península de Yucatán, forma la reserva de agua del país y de la región. Que afectación tendrán los flujos hídricos, al encontrar obstrucción del flujo, o cambio de sentido. Debemos seguir de cerca el desarrollo de este evento, como sociedad no podemos permitir esta negligencia por un constructor.
La infinidad de irregularidades es sorprendente, contratos dados a gente inexperta, sin licitaciones pública, invitaciones restringidas en donde ya se sabe quien ganará, comisiones a diestra y siniestra a funcionarios, además del enorme y destructor daño ecológico, está el daño patrimonial. La invversión en el sureste mexicano era urgente y justa para al abandono en el que vivía la gente de esta zona, ¡pero no así!
Fernando Schütte Elguero
Empresario inmobiliario, maestro, escritor, y activista en seguridad pública. Destacado en desarrollo de infraestructura y literatura.
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