“Echeverria o el Fascismo”
Frase atribuida a Carlos Fuentes para justificar
su apoyo al gobierno de Echeverria.
Durante el desastroso sexenio del genocida Luis Echeverria, la sociedad mexicana fue confrontada a una falsa dicotomía: Echeverria o el fascismo.
Se trataba, según los intelectuales que trataron de impulsar tal postura, de cerrar filas ante la embestida que el régimen estaba enfrentando por parte de la alta burguesía mexicana liderada, esencialmente, por la familia Garza Sada del poderoso grupo Monterrey, en respuesta a una supuesta actitud progresista del nefasto Echeverria.
Si bien el sátrapa efectivamente había tenido acercamientos y muestras de apoyo a grupos progresistas en el ámbito internacional como el que se le dio al presidente Allende de Chile y la posterior acogida a los exiliados por el golpe de estado de Pinochet, lo cierto es que, en el ámbito nacional, la política genocida y de extermino a grupos opositores de izquierda impulsada por el asesino Diaz Ordaz, no menguó.
Por el contrario, la masacre del 10 de junio del 71, y la creación de la tristemente celebre brigada blanca, al mando del asesino y torturador Miguel Nazar Haro, junto con la corrupción y el dispendio, fueron el sello distintivo de su sexenio, más que cualquier política aperturista o pseudo democrática que hubiera ocurrido durante el mismo.
Sin embargo, para efectos propagandísticos, la idea de que Echeverria estaba “defendiendo” al régimen emanado de la Revolución Mexicana en contra de los fascistas reaccionarios que pretendían echar para atrás las conquistas sociales, sirvió para engañar a unos cuantos incautos que efectivamente se fueron con la finta, o a los intereses de la oligarquía que a fin de cuentas terminó consolidando y expandiendo su poder.
Décadas después, el hombre naranja que dirige los destinos de los Estados Unidos de America, desarrolla una estrategia similar, solo que esta vez utiliza a la “izquierda radical” lo que para los gringos conservadores es sinónimo de comunismo, como pantalla para desviar la atención de lo que en realidad el y su camarilla de oligarcas pretenden, y que desde el día 1 de su presidencia ha puesto en marcha y que podemos resumir en lo siguiente:
Nominación a la titularidad de las principales oficinas de impartición de justicia, defensa, inteligencia y diplomacia, de acólitos reconocidos del culto Trump cuya única misión es eliminar a opositores del líder, de manera legal o ilegal, para llenar dichas instituciones de leales al presidente.
Empezando por su propuesta como titular del sobrevaluado FBI, Kash Patel, un obscuro individuo cuyo principal mérito ha sido escribir un cuento para niños titulado “El complot en contra del rey”, en donde, de manera metafórica, este sujeto compara a Trump con un rey que es atacado de manera artera por la “malvada” familia Clinton, en el que el rey Trump triunfa sobre la maldad de manera heroica, desde luego con la ayuda de su hechicero Kash.
¿La misión asignada al patético Patel como cabeza del FBI? degradar, dar de bajo y si se puede, aplicar cargos criminales a todos aquellos agentes y personal involucrado en la investigación de los delitos de Trump y su familia.
Luego tenemos a otro bufón asignado el Departamento de Defensa, Pete Hegseth. Este individuo, reconocido alcohólico y acosador de mujeres tiene como principal merito ser comentarista de televisión en la cadena Fox. Vaya, hasta su madre dio testimonio en contra de este personaje que, por cierto, también tiene historial como defraudador y pésimo administrador publico pues malversó fondos y llevó a la quiebra a una ONG dedicada al apoyo de soldados veteranos del ejército norteamericano.
Una tercera nominación, igual de vergonzosa y patética que las anteriores es la de Robert F. Kennedy, propuesto para la Secretaría de Salud y Servicios Humanos, y que, aparte de ser hijo del popular RFK, no tiene mayor mérito como administrador, pero eso al hombre naranja lo tiene sin cuidado, pues RFK se convirtió -como todos dentro del círculo Trump- en un leal apoyador y porrista de El Caudillo, que a fin de cuentas es lo único que interesa.
Y si no fuera trágico seria cómico, pero este individuo, que es un ferviente negador de la eficacia y veracidad de las vacunas, que esta en contra de los programas de seguridad social administrados por el Estado, va a ser precisamente quien vea por la aplicación de dichos programas, dicho coloquialmente, la iglesia en manos de Lutero.
Lo anterior solo es una pequeña muestra en cuanto a la calidad moral y el tipo de personajes que van a representar no solo al movimiento MAGA del señor Trump, sino al gobierno de los EE. UU. en general. Pero el asunto no se queda ahí, el gran bully naranja, ha venido firmando una gran cantidad de las llamadas Ordenes Ejecutivas -aproximadamente 49-, las cuales ya están causando el caos que el mismo gusta de crear.
Por ejemplo, aduciendo que el gobierno norteamericano derrocha mucho dinero, ordenó congelar el gasto de inmediato, lo cual ocasionó que el gobierno federal prácticamente se paralizara, afectando a su propia base social, por lo que hubo de dar reversa a la medida.
Luego tenemos la orden, tan cacaraqueada por el y tan deseada por sus fieles seguidores de iniciar una deportación masiva de indocumentados criminales que vienen “asolando” al país, y que se estaban comiendo a los gatos y a los perros de los pobrecitos norteamericanos.
Lo cierto es que, a pesar de esta orden, las deportaciones hasta el momento no han sido masivas, aunque si con mucha propaganda, y también se ha determinado con certeza que los tan temidos criminales aun no han sido deportados, sino más bien en su mayoría se ha tratado de ilegales comunes que han tenido la mala suerte de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Otro desatino que le puede costar muy caro al pueblo norteamericano es la propuesta hecha a una buena parte de los funcionarios federales para que presenten su renuncia a la de ya, y con eso el trumpismo se compromete a mantenerles sueldos y prestaciones hasta septiembre. De no aceptar dicha propuesta, desde luego que se les hará la vida imposible, sin menoscabo de que podrá deshacerse de quien quede en el gobierno, en el momento que el líder así lo decida, sin mayor cargo de conciencia.
Con esta orden ejecutiva, se está terminando con uno de los mayores rasgos de orgullo del gobierno gringo: el servicio civil de carrera, el cual será remplazado, desde luego, por personas afines al criminal convicto que preside el gobierno, y los cuales creen a pie puntillas no solo que Trump gano ampliamente la elección del 2020, sino que es un Rey Soberano que esta por encima de su constitución.
Todo lo anteriormente relatado no es ninguna sorpresa, incluidas las amenazas de imponer aranceles a nuestro país y al resto del mundo, lo cual seguramente terminará ocurriendo y por ende redundará en carestía para la propia base social del trumpismo y mayores niveles de pobreza de su golpeada clase media.
No, lo que me resulta sorprendente es la prácticamente inexistencia de un movimiento progresista norteamericano, que pueda enfrentar al monigote berrinchudo que ocupa la Casa Blanca.
En Mexico, cuando aquella falsa dicotomía fue presentada, solo una pequeña parte de la intelectualidad oficialista cayó en la trampa, no así el grueso de la oposición de izquierda, que continuo su desigual lucha en contra de las políticas antidemocráticas del régimen, incluso por la via armada.
Y en Estados Unidos ¿Cuándo aparecerá ese liderazgo que, con toda claridad de cuenta de la desnudez del soberano? Por el momento, no se ve.
Es cuánto.

José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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