La Sierra Madre Occidental atraviesa el estado de Chihuahua y el suroeste de Durango y Sonora. Este extenso complejo de áreas montañosas es conocido como Sierra Tarahumara, y es el hogar ancestral de diferentes pueblos originarios. Los Tarahumaras o Rarámuris comparten el territorio con los Tepehuanes, Pimas, Guarijíos y mestizos. La Sierra Tarahumara se divide en Alta y Baja. Los Rarámuris viven de forma dispersa en diferentes rancherías y pueblos, principalmente en los municipios de Guadalupe y Calvo, Morelos, Balleza, Guachochi, Batopilas, Urique, Guazapares, Moris, Uruachi, Chínipas, Maguarichi, Bocoyna, Nonoava, Carichí, Ocampo, Guerrero y Temósachi.
Por sus hermosos paisajes y bosques, se ha convertido en las últimas décadas en un destino turístico a nivel nacional e internacional. Esto ha traído como consecuencia el desarrollo de infraestructura turística en toda la Sierra, pero de forma particular en la zona de Creel y de las barrancas, donde se ha desarrollado para albergar hotelería, restaurantes y el complejo turístico de las Barrancas del Cobre.
Sin embargo, este desarrollo no ha sido armónico ni sustentable. Detrás de lo maravilloso que puede ofrecer la Sierra Tarahumara a sus visitantes, existe una realidad dolorosa, que afecta no solo a las y los habitantes sino también a la naturaleza. Es evidente la contaminación de los arroyos con el desecho del drenaje de los hoteles que de manera irresponsable tienen como salida estos cauces. Situación que ha ocasionado que los grupos de etnias originarias como los Rarámuris, no puedan tener acceso al agua, como vital liquido para su subsistencia. Actualmente, las personas tienen que conseguir el agua de fuentes más alejadas o de plano comprarla, pues hasta se hace negocio con el acceso al vital líquido. Por otro lado, existe una contaminación por la basura de los hoteles y comunidades que desechan sus desperdicios de todo tipo en las cañadas cercanas. Un ejemplo es el tiradero de basura que se encuentra en las afueras de la comunidad San Rafael, en donde depositan sus desperdicios; de la misma forma, la comunidad de Areponapuchi, tira sus desperdicios en una barranca que se encuentra en el municipio de Urique, el cual tiene más de 20 años existiendo. Las imágenes muestran la contaminación ambiental provocada por los desperdicios que han generado las comunidades y los centros turísticos que se han venido desarrollando durante los últimos años. Lo preocupante es que ahora inclusive están tirando basura en otras partes del bosque, provocando un mayor daño al bosque y a las comunidades originarias, que antes de la llegada de los desarrollos turísticos no se veían estos grados de contaminación.
Por otro lado, en el área de Bahuichivo, que se encuentra a un costado del aeropuerto de Creel, el arroyo que alimentaba la comunidad está claramente contaminado por los desperdicios de esta construcción, pues antes fluía sin problema y ahora ya no se tiene acceso al agua, lo que ha afectado a los cultivos de la comunidad. Dicho aeropuerto cuenta con una planta tratadora de aguas residuales que hasta el momento no se encuentra en operación. De acuerdo con información proporcionada personalmente por el director, el Ing. Jonathan Quezada Rojas, actualmente reciben apoyo de la Junta de Aguas para retirar el agua de desperdicio. Sin embargo, el hecho es que el arroyo que baja de estas zonas y llega a Bahuichivo, está contaminado. Las imágenes muestran la situación actual del rio.
Leticia Ortega Máynez
Ingeniera apasionada por las matemáticas y la investigación. Con doctorado en Manchester, ha contribuido al procesamiento de imágenes médicas. Además, ha participado activamente en movimientos sociales y políticos, abogando por los más vulnerables. Actualmente es Diputada Local por el Distrito 02 en Ciudad Juárez.
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