Realmente estamos viviendo en tiempos extraordinarios, en México tenemos el mayor reto político del siglo, o seguimos el camino de un gobierno que todo nos dicta sobre nuestra conducta, un gobierno que deteriora nuestra forma de vida, que pacta con el crimen organizado que nos extorsiona y nos sojuzga, un gobierno que no nos permite desarrollarnos como queremos porque pone impedimentos para nuestros emprendimientos, que nos impulsa a continuar saliendo del país para vivir una vida mejor. O mejor continuamos con el camino de construir un país libre, en donde haya reglas claras, instituciones fuertes, en donde haya seguridad, orden, paz y justicia, que nos lleven a la generación de inversiones que creen empresas que generen empleos bien remunerados, que nos lleven a tener vivienda, servicios de salud y educación para nuestros hijos para que salgan adelante en sus vocaciones, un gobierno que nos de lo necesario en bienes públicos, como infraestructura urbana, calles pavimentadas, alumbrado público, parques, jardines, centros deportivos, lugares de esparcimiento, para poder desarrollarnos como individuos libres para crecer como seres humanos según nuestros anhelos.
Esas son las disyuntivas que tenemos en las elecciones del 2 de junio de 2024. Ya solo faltan ocho meses para la jornada electoral.
Ahora tenemos las canchas definidas para lo que serán las candidaturas a la presidencia de la República de las dos principales fuerzas políticas en el país. No se trata de una lucha de “progresistas vs. conservadores”. No, ni Morena es progresista, ni la opción contra Morena es conservadora. Se trata de una candidata del oficialismo que claramente quiere continuar con las políticas del presidente López, frente a una candidata a la opción en contra del oficialismo que cree en el Estado de Derecho, es decir, que haya reglas claras dictadas por nuestras instituciones (Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial), que nos den certeza del alcance de nuestros derechos y obligaciones. Que haya división de poderes, es decir, que ningún poder sea mayor en peso y decisión que otro, y que se rijan por lo que dicte la Constitución. Todo ello nos lleva a sentar el fundamento a todo lo demás que antes expresé para el crecimiento de todos los individuos que vivimos en este país, que conformamos al pueblo de México.
Otra gran diferencia en estas opciones que tenemos es que Morena y sus aliados al postular a Claudia Sheinbaum como su candidata, lo hacen como partidos, sin ningún acompañamiento formal adicional, más que el que representa el gobierno en turno que, de manera totalmente ilegal y descarada, utiliza fondos públicos, así como a las instituciones gubernamentales para hacerle a Claudia su campaña.
Mientras en la opción en contra de Morena, tenemos a la Senadora Xóchitl Gálvez Ruíz, quien es una futura candidata de una coalición de gobierno que será conformada por el PAN, el PRI y el PRD, que formalmente fue arropada no solo por los tres partidos políticos indicados que conforman el Frente Amplio por México (FAM), sino por la sociedad civil organizada que se opone al oficialismo de Morena, siendo que este gran conjunto de ciudadanos conforma la mayor fuerza de apoyo a Xóchitl.
Por lo anterior, ahora, en el lado de la opción en contra del oficialismo, tendremos no solo las estructuras institucionales de los partidos políticos del FAM, sino el gran conjunto de miles de organizaciones de la sociedad civil que se aglutinarán en apoyo a Xóchitl.
Sí, la organización de esta coalición será un gran reto, principalmente, porque se sale de los cartabones tradicionales, porque hay tres partidos que se coaligarán y su directriz, aunque muy importante, no será la única, porque la mayor fuente de apoyo ciudadano provendrá de organizaciones no vinculadas con los partidos políticos.
Esto va a crear realmente una campaña atípica. Eso es muy bueno, porque la conjunción del mundo ciudadano apartidista con la personalidad y méritos de Xóchitl Gálvez, nos dará una mezcla única que México no ha experimentado.
Sí, será un reto para Xóchitl, pero también será una prueba para los ciudadanos libres de este país, porque nos veremos en la necesidad de participar activamente en las campañas. Xóchitl no solo será la candidata de los partidos que ahora integran el FAM, sino será la candidata de los ciudadanos en lo individual, unos militantes de los partidos, pero la inmensa mayoría de ciudadanos que no pertenecen a ellos. Ello nos llevará a realizar marchas, manifestaciones, mítines y concentraciones con el fin de ser libres para el desarrollo nuestro y el de nuestra Patria.
Carlos Angulo Parra
Analista político. Abogado corporativo. Fue Diputado Federal en la LXII Legislatura del Congreso de la Unión.
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