Yo creo que, a estas alturas del gobierno de nuestro presidente, tenemos una muy clara conclusión: ha ejercido un mal gobierno; es un muy mal presidente. Es más, yo lo calificaría como un pésimo presidente.
En primer término, engañó a sus electores que fueron muchísimos, y que creyeron, a pie juntillas, que sus propuestas iban a ser cumplidas: combate a la corrupción, un gobierno honesto y eficiente, que ayudaría a los pobres, acabaría con el contubernio entre gobierno y lo que el presidente ha llamado como “la Mafia del Poder”; cumpliría con el Estado de Derecho, gobernaría para todos teniendo la justicia por encima de todo, combatiría a la delincuencia, y utilizaría los fondos públicos con eficiencia y austeridad.
Pero ¡oh decepción! Prácticamente todo lo que prometió no se ha cumplido, y la situación del país se ha empeorado enormemente.
En cualquier tema que usted pueda poner en la mesa, el presidente ha fracasado. Lo único bueno que he oído de su gobierno es que aumentó el salario mínimo. Es probable que al principio haya sido algo bueno, pero, parece ser, que ahora ese aumento recurrente del salario mínimo es uno de los múltiples factores que han intervenido en el aumento de la inflación, por lo que se vuelve un despropósito un aumento que se desvanece en cuanto al resultado positivo para los beneficiarios del mismo, debido a la inflación.
Recorramos los temas de la inseguridad, de la falta de aplicación del Estado de Derecho, de la intervención del crimen organizado en las elecciones, de los ataques al Instituto Nacional Electoral, con la amenaza de estrangularlo, quitándole los fondos necesarios para el cabal desempeño de sus cruciales funciones. Al INAI, y la toma por asalto de otros organismos autónomos, así como el intento de cooptar a la Suprema Corte de Justicia. De querer volver el monopolio absoluto de la Comisión Federal de Electricidad, en la generación, transmisión distribución y comercialización de la energía eléctrica, prácticamente expropiando a las empresas privadas que generan electricidad a muy bajos costos tanto económicos como ambientales, violando la Constitución y los Tratados Internacionales.
El desmantelamiento hormiga del sistema nacional anticorrupción. Y los intentos de destruir cualquier tipo de control en la administración pública federal, acabar con la transparencia y la protección de datos personales, como en el del más reciente escándalo de la exhibición de datos reservados del periodista Carlos Loret de Mola.
Tenemos los escándalos de la “pausa” de las relaciones con España, en adición de la ridícula petición de perdón por la “conquista de México”, y las acusaciones sin ningún tipo de motivación y prueba a las empresas españolas, diciendo que “vinieron a saquearnos”; aunado con las ridículas designaciones de embajadores en Panamá.
Las últimas ocurrencias del presidente, de prometer darles dinero a los que toman ilegalmente las casetas de peaje, para “pagarles” lo que necesitan por parte del gobierno, sin que se les exija en lo absoluto responsabilidad penal alguna por dichas tomas.
Es claro que nuestro presidente, poco a poco, enloquece más y más. Pero lo más patético de la situación es de que los mexicanos corremos alrededor de él como si una sola persona pudiera dominar a todo un país de 126 millones de habitantes, sin que haya consecuencias.
Es una gran vergüenza que nuestro sistema democrático haya sido calificado desde el extranjero como “híbrido”, debido principalmente al autoritarismo que está ejerciendo el presidente de la República.
El presidente con sus ocurrencias y atracos al ahorro nacional, en la dilapidación de nuestras reservas y fideicomisos (gracias a Dios que no le ha podido meter mano a las reservas de Banxico y a los fondos de las Afores), para sus grandes proyectos inútiles y para los barriles sin fondo que son PEMEX y CFE, ha destruido nuestra economía y ha venido ocasionando una gran fuga de capitales y la parálisis de la inversión privada que provocarán una crisis financiera que generará millones de pobres más.
Con todo esto, yo me pregunto, ¿queremos que López Obrador permanezca en el poder?
Carlos Angulo Parra
Analista político. Abogado corporativo. Fue Diputado Federal en la LXII Legislatura del Congreso de la Unión.
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