El pasado 9 de marzo, la presidente de México, Claudia Sheinbaum, encabezó una asamblea informativa en el Zócalo de la Ciudad de México, que reunió a miles de ciudadanos. El evento, inicialmente convocado para abordar las medidas que tomaría su gobierno ante la imposición de aranceles del 25% por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se transformó en una celebración tras el anuncio del aplazamiento de estas medidas hasta el 2 de abril y se convirtió también en un claro mensaje de que la presidente de México, está sabiendo actuar con una diplomacia inusitada y enorme sabiduría, aunque en corto suele ser bastante déspota con sus colaboradores, en público está más allá de lo que muchos pensamos y para bien por su capacidad diplomática. La mandataria mexicana demostró una enorme habilidad al entablar un diálogo directo con el presidente Trump, logrando posponer la aplicación de los aranceles que amenazaban la economía nacional. Enfatizó la importancia del respeto mutuo y la cooperación entre ambas naciones, subrayando que México y Estados Unidos deben mantener una relación de igualdad y colaboración.
Desafortunadamente el evento de Claudia Sheinbaum, se vió opacado por la presencia de figuras cuestionadas en el presidium, contrario a lo que algunos políticos puedan pensar en cuanto a la capacidad de convocatoria y unidad, cuando hubiera sido la gran oportunidad de dar señales claras de con quien acepta o no tener buenas relaciones institucionales y congruentes con el combate al narcotráfico y la corrupción.
Sin embargo, durante el evento, se observó la presencia de ciertos individuos en el presidium cuya reputación ha sido por lo menos objeto de controversias debido sus presuntos vínculos con la delincuencia. La inclusión de estas figuras en un acto de relevancia nacional envía señales contradictorias sobre el compromiso del gobierno con la transparencia y la legalidad.
Muy bien, Claudia Sheinbaum, por convertir un posible conflicto en una celebración ciudadana ya que supo transformar una potencial confrontación con Estados Unidos en una manifestación de unidad y orgullo nacional. El evento en el Zócalo se convirtió en un festival que resaltó la identidad mexicana y la capacidad del país para enfrentar desafíos externos mediante la cohesión social.
Muy mal, Claudia Sheinbaum, por la movilización de acarreados para llenar el Zócalo y evidentemente, surgieron críticas respecto a la autenticidad de la convocatoria, ya que se reportó la movilización de contingentes provenientes de distintos estados para asegurar una asistencia multitudinaria. Esta práctica, conocida como “acarreo”, podría restar legitimidad a la espontaneidad del apoyo ciudadano, que en realidad existió.
Sheinbaum, reafirmó su compromiso de colaborar para evitar que el fentanilo llegue a Estados Unidos. Durante el mitin del Zócalo de la Ciudad de México, Sheinbaum destacó una disminución significativa en el tráfico de esta droga en los últimos meses y enfatizó la importancia de frenar el flujo de armas de alto poder hacia México desde territorio estadounidense. Me pareció una extraordinaria salida el haber dicho que el gobierno de México lucha contra la producción y trasiego de fentanilo por razones humanitarias, cuando todos sabemos que no es así, sino por las amenazass de Trump, pero estuvo muy bien manejado en su discurso.
Ahora bien, durante el sexenio del narco presidente AMLO, no solo no se detuvo el trasiego de drogas, sino que con enorme cinismo se negó que nuestro país hubiera producción de fentanilo y a menos que se estén tomando las viejas formas (que eran fondo), el enviar saludos a Palenque me pareció del todo innecesario, Claudia ya tiene su propias huestes, a pesar de que Morena no se haya enterado.
La señora presidente avanzó cuando señaló tambien que el tráfico de armas y de dorgas, dijo enfatizando que: existe la necesidad de una responsabilidad compartida en la lucha contra el crimen organizado.
En conclusión, el evento liderado por la presidente Sheinbaum en el Zócalo capitalino mostró tanto fortalezas en la gestión diplomática como áreas de oportunidad en la conducción interna y la percepción pública.
Por cierto, si las mujeres buscan igualdad, ¿porqué no en sus marchas del 8 de marzo quienes hacen destrozos son arrestadas como lo serían los hombres?
Esta excesiva permisividad y las políticas pendulares, traerán consecuencias, espero que pronto se hable de personas y no de hombres y mujeres, espero que los que están en el poder entiendan que gobiernan para todos y no para minorías. La igualdad, como la laicidad son incluyentes, ahí cabemos todos. Nuestro pueblo requiere de políticas para el bien común y la fraternidad universal.

Fernando Schütte Elguero
Empresario inmobiliario, maestro, escritor, y activista en seguridad pública. Destacado en desarrollo de infraestructura y literatura.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.