La famosa frase de aquel programa de televisión de los 80’s cobra todo sentido en los momentos que vivimos en nuestro país con la toma de protesta de Donald Trump en Estados Unidos. Hace unos días me preguntaban cuál era mi opinión del nuevo presidente de Estados Unidos y sus políticas migratorias. La verdad es que lo primero que se me vino a la mente no era lo que el presidente Trump iba hacer, sino lo que el gobierno mexicano tendría en mente. Justo en ese momento sentí una angustia de pensar que en realidad no hay ninguna estrategia que proteja a los mexicanos, y por supuesto que me refiero a los mexicanos que están dentro y fuera del país.
Es evidente que Trump verá por los intereses de sus connacionales, su economía y las estrategias que mejor les convengan, estemos de acuerdo o no. Eso podría ser tema de algún otro texto para esta columna. Pero aquí lo que quiero poner en la mesa es: ¿quién defiende a los mexicanos? La presidenta de México y su pésimo equipo diplomático han perdido y siguen perdiendo oportunidades de establecer relaciones con el país vecino, y por el contrario se han dedicado solamente a responder de manera muy desafortunada y sin ninguna estrategia a las declaraciones del entonces presidente electo Trump. Una de ellas es la parte de los aranceles, donde la presidenta Sheinbaum respondió que, si Estados Unidos era capaz de poner aranceles, México podría hacer lo mismo.
¡Esto es una completa locura! México le exporta a su vecino el 80% de lo que vende, mientras que Estados Unidos solamente nos exporta el 16%. Para la economía de nuestro país las exportaciones son una tercera parte del PIB, en palabras más sencillas, el 33% de todo el valor de los bienes y servicios de México son dedicados a la exportación a Estados Unidos. Por lo que, la imposición de aranceles por parte del Gobierno de Trump afectaría tremendamente a México.
Pero vuelvo al inicio de este artículo, lo importante no es lo que haga Trump si no lo que haga México. Las estrategias de diplomacia y negociación para que México y los mexicanos no se vean afectados. Al final de cuentas esa es la gran responsabilidad de quienes nos gobiernan: hacer su trabajo para que a los mexicanos les vaya bien.
La historia de las malas decisiones del gobierno mexicano no acaban aquí; el tema de migración es otro de los más controversiales. El presidente de los Estados Unidos en su discurso de toma de protesta mencionó que el ingreso al país americano sin documentos se consideraría ilegalidad, sin mencionar que los cárteles de la droga estarían clasificados como terroristas, todo esto en defensa de la soberanía nacional. Sobre esto el fallido gobierno de MORENA solamente se le ocurrió decir que todos los migrantes deportados de Estados Unidos serían bien recibidos en México y que además se les otorgaría un apoyo de 2 mil pesos. ¡Imagínense! Nuestro país careciendo de medicinas en los hospitales, tratamientos para niños con cáncer, y algunos gobiernos estatales dando la batalla a pandillas extranjeras que empiezan hacer células de delincuencia en ciudades fronterizas, todo esto sin el respaldo o apoyo del Gobierno Federal.
Tal como inicié, el problema o situación real de Trump no es su gobierno o lo que pretenda hacer en Estados Unidos. El gran problema es el gobierno mexicano que no tiene ni pies ni cabeza, que no tiene una estrategia clara de lo que implica la relación binacional con uno de los países mas poderosos del mundo, y que seguramente a miles de kilómetros de distancia de la frontera, tampoco entiende el impacto económico que representa el saber cuidar nuestra colaboración comercial con Estados Unidos. ¿Y ahora quién podrá defendernos? O más bien ¿Y ahora quién podrá gobernarnos?
Marisela Terrazas
Ex Diputada por el PAN en Chihuahua. Doctorante en Ciencias de la Educación por la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica. Maestra en Educación por UTEP, ex directora del Instituto Chihuahuense de la Juventud y experta en políticas públicas juveniles.
