Pasa, hay ocasiones en las cuales se abre un tema y de ahí se va como hilo de media. Eso pasó con el caso del rechazo del desafuero del legislador Cuauhtémoc Blanco, en una muestra de incongruencia, impunidad, y obviamente falta de sororidad y perspectiva de género, fue suficiente para que salieran a la luz muestras de machismo y misoginia, dejando más que claro que estas actitudes, se conservan perfectamente, gozan de buena salud, no como muchas quisiéramos pensar y creer.
Desde ese día, la sesión fue una me muestra de ese pacto patriarcal que se puso en marcha para ayudar a uno de los suyos, a un hombre que es acusado de tentativa de violación y que era necesario fuera desaforado para enfrentar la justicia y que ésta determine si es culpable o no. Porque que nadie se equivoque, la Cámara jamás pretendió, porque no es su papel, decir si Blanco era inocente o culpable.
Ese día escuchamos a un representante del partido verde justificar su voto y no desaforar a Blanco, señalando que él era padre, que tenía esposa y por supuesto madre, y él cree que eso lo hace feminista y entendedor de todas las cuestiones de género, nada más lejano a la realidad, si así fuera, no habría violencia de género, y no es así.
Después vimos a los priistas echar su barba a remojar porque por ahí está la petición para desaforar a su presidente nacional, a Alito, y prefirieron cuidar eso antes de votar por el desafuero de Blanco. De sus “razones”, ni hablar, ni siquiera vale la pena hablar, solo tener claro que este partido que está a punto de desaparecer, es la incongruencia andando.
Y llegaron algunas diputadas de Morena que cuando, ilegalmente le dieron la palabra a Blanco, se atrevieron a gritarle: ¡no estás solo! Consiga épica en las marchas del 8 de marzo y 25 de noviembre, que las mujeres que hemos asistido a las marchas gritamos: ¡no estás sola, no estás sola! A ese grado llevaron su incongruencia y su falta de sororidad nos sorprendió y claro, dolió, porque muchas pensamos que teníamos un pacto y ese, irónicamente, 25 de marzo, nos dimos cuenta que no fue así.
Días después, Blanco Bravo se fue a presentar a la Fiscalía de Morelos, quesque a ponerse a disposición de las autoridades para continuar con las investigaciones, lo cual, como lo dije en tribuna, equivale a nada, una burla vaya.
Pero la joya de la corona llegó con un priista de cepa, que representa el pasado y el presente del PRI, Manuel Cavazos Lerma, ex gobernador de Tamaulipas y secretario operativo, en un acto público y consciente de que estaba siendo grabado, dice: “a Cuauhtémoc primero tienen que probarle que intentó violar a la hermana, que no está muy violable que digamos, verdad”.
Y nunca se dio cuenta de lo que dijo porque es normal para él, y para muchos como él, pensar y decir esas cosas. Supo que no debía decirlo cuando lo destituyeron de su puesto, pero no fue tan grave para Alito porque no lo expulsaron del partido.
Por eso decía al inicio de esta colaboración, y se abrió la cloaca, pensar en todos estos actos, nos deja con la amarga sensación de que falta mucho por hacer, que los Cavazos Lerma están por todos lados, que algunas las mujeres también tienen estas actitudes de encubrimiento, y que hay muchos hombres que piensan que por ser esposos y tener madre, son feministas. Hay que trabajar no para cerrar la cloaca, sino para vaciarla.
Lilia Aguilar Gil
Política y académica.
Maestra en Administración Pública por la Universidad de Harvard y en Gestión Pública por el Tecnológico de Monterrey. Ha contribuido en foros internacionales y enseñado en la Universidad de Harvard. Fundadora de la asociación civil LIBRE, se enfoca en el empoderamiento juvenil. Imparte clases en la UNAM y actualmente es Secretaria Técnica en la SSPC, habiendo sido titular en la Secretaría de Gobernación. Su carrera en el Congreso refleja su compromiso con la seguridad y las políticas sociales.
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