Qué difícil es hacernos responsables de nuestras decisiones, admitir que fallamos y enfrentar la desaprobación y la crítica. Qué fácil es pedir justicia a costa de sangre cuando no es la propia la que ha de derramarse.
Después de una larga lucha por el derecho a participar en la vida política, la mujer logró su cometido, ya existe una ley nacional e internacional que garantiza la equidad de género en los espacios políticos...