Entre 2013 y 2017, los núcleos familiares con al menos un teletrabajador gastaron como promedio más de sus ingresos en alquiler o hipoteca para costear una habitación extra necesaria.
Estados Unidos (VOA) – Los beneficios de trabajar desde la casa, desde evitar el tránsito y disfrutar de un mejor balance entre la vida y el trabajo, han sido bien documentados, pero los empleados están prácticamente pagando por el privilegio, dice un estudio de National Bureau of Economic Research (Oficina Nacional de Investigaciones Económicas).
“La gente tiene que dedicar un espacio para trabajar desde la casa”, explicó Christopher Stanton, un profesor de la Facultad de Comercio de Harvard, que es uno de los autores. “Y para muchos que vivían en apartamentos pequeños o espacios similares antes de la pandemia, eso no fue una solución realista de largo plazo, y también implicó que necesitarán ampliarse a una casa mayor”.
Los investigadores analizaron datos de la Oficina del Censo de EE. UU. para llegar a sus conclusiones. Descubrieron que entre 2013 y 2017, los núcleos familiares con al menos un teletrabajador gastaron como promedio más de sus ingresos en alquiler o hipoteca para costear la habitación extra necesaria.
El espacio para trabajar desde la casa es a veces reducido y hay que compartirlo.
“Un núcleo que gastaba alrededor de 1.000 dólares al mes en renta gastaría ahora unos 1.070 dólares, o sea un incremento del 7%, como promedio, de la distribución de su ingreso”, dijo Stanton.
Una encuesta reciente de Upwork reflejó que 36 millones de estadounidenses estarán trabajando remotamente para 2025, un aumento del 87% con respecto a los niveles de antes de la pandemia, y esos trabajadores asumirán potencialmente los costos adicionales.
Muchas oficinas has quedado prácticamente vacías y los empleadores podrían reducir espacio y pasar los ahorros a los trabajadores.
Ese incremento de gastos es menos problemático para quienes ganan más, pero resulta un peso adicional para los de menores ingresos.
“De modo que para esos hogares veremos un aumento de veintitantos por ciento en gastos de vivienda para los núcleos con trabajadores remotos, en comparación con los domicilios sin trabajadores remotos”, añadió Stanton. “Eso es un número muy alto para esos hogares que están en la mitad inferior de la distribución de ingresos”.
Los empleados, sin embargo, podrían obtener alguna ayuda de sus empleadores para cubrir parte de esos gastos.
“Pienso que las firmas van a asumir parte de esa cuenta y probablemente pasen algo de sus ahorros en espacio de oficina a los trabajadores para que puedan cubrir sus gastos de vivienda”, dijo Stanton.
Las empresas podrían sentirse motivadas si reconocen que tener una oficina en casa adecuada promueve una mayor productividad.
“Creo que tener entornos pequeños no ergonómicos lleva a la larga a la fatiga y el desgaste, y a empleados menos productivos. Y también sospecho que los empleadores va a querer asegurarse de tener a su gente en espacios de trabajo razonablemente buenos”, concluyó.
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