Se trata del primer accidente de la compañía, que ya ha llevado turistas al borde del espacio. Esta vez no había personas en cápsula, solamente experimentos científicos.
El cohete New Shepard tenía aproximadamente un minuto de vuelo desde el oeste de Texas cuando se presentaron llamas de color amarillo brillante alrededor del motor en la parte inferior.
El sistema de aborto de emergencia de la cápsula se activó de inmediato, expulsándola de la parte superior de la nave. Varios minutos después, la cápsula cayó en paracaídas sobre un desierto remoto.
Todos los cohetes de Blue Origin se encuentran ahora en tierra hasta que una investigación arroje resultados, informó la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA).
No se reportaron daños ni víctimas, dijo la FAA, que está a cargo de la seguridad pública durante los lanzamientos y aterrizajes espaciales de carácter comercial.
El comando de lanzamiento de Blue Origin guardó silencio cuando la cápsula salió expulsada del cohete y después anunció: “Parece que hemos experimentado una anomalía con el vuelo de hoy. Esto no estaba en los planes”.
“Falla del refuerzo en el vuelo no tripulado de hoy. El sistema de escape funcionó según lo diseñado”, tuiteó la compañía, con sede en Kent, Washington, alrededor de una hora después del incidente.
La empresa informó poco después que el cohete se había estrellado.
El percance ocurrió cuando el cohete viajaba a casi 1.126 kilómetros por hora a una altitud de unos 8.500 metros. No se ha divulgado nigún video que muestre al cohete, únicamente a la cápsula descendiendo, después de la falla. Ocurrió alrededor del punto en que la aeronave estaba bajo su nivel máximo de presión.
Por lo general, el cohete aterriza en posición vertical en una plataforma en otro lado del desierto y posteriormente es reciclado para vuelos futuros.
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