Moscú, Rusia (VOA/Charles Maynes) – El organismo regulador de internet de Rusia, Roskomnadzor, anunció que había ralentizado la capacidad de Twitter para operar en Rusia a partir del miércoles, como parte de lo que las autoridades dijeron que era una sanción inicial por el hecho de que la plataforma de redes sociales estadounidense no eliminó contenido ilegal dentro del país.
Según una declaración publicada en el sitio web de Roskomnadzor, el 100% de los dispositivos móviles y el 50% de los dispositivos estacionarios que usan Twitter enfrentarán una interrupción en el servicio en un esfuerzo por “proteger a los ciudadanos rusos”.
“El mecanismo prevé ralentizar la transferencia de contenido de fotos y videos sin ninguna limitación en los mensajes de texto. Los usuarios podrán intercambiar mensajes libremente”, aclaró más tarde el funcionario de Roskomnadzor, Vadim Subbotin, en comentarios a los periodistas.
Subbotin agregó que las restricciones permanecerían vigentes hasta que Twitter cumpla con la solicitud de eliminar el contenido “ofensivo”.
De no hacerlo, agregó Subbotin, podría llevar a un bloqueo total de Twitter dentro del país.
“El mecanismo prevé ralentizar la transferencia de contenido de fotos y videos sin ninguna limitación en los mensajes de texto”
Vadim Subbotin, vocero de Roskomnadzor
En su declaración, Roskomnadzor alegó que Twitter no había eliminado 3.168 tuits que promueven el uso de drogas, pornografía infantil, y el suicidio de adolescentes e ignoró “más de 28.000 solicitudes iniciales y repetidas” para abordar violaciones de contenido.
No hubo comentarios inmediatos de Twitter sobre las nuevas restricciones.
“Nadie tiene ningún deseos de bloquear nada”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, cuando se le preguntó sobre el tema, en su llamada diaria con los periodistas. “Pero tomar medidas que obliguen a la empresa a cumplir con nuestras leyes es totalmente justificable”.
El presidente Vladimir Putin había criticado internet durante una reunión con jóvenes voluntarios la semana pasada, por supuestamente servir para aprovecharse de la juventud rusa.
“Desafortunadamente, todos sabemos qué es internet y cómo se usa para difundir contenido totalmente inaceptable”, dijo Putin, quien argumentó que la Web debería responder ante “leyes morales”.
Cae el portal del Kremlin
Los movimientos contra Twitter fueron seguidos rápidamente por la noticia de que una serie de sitios web clave del gobierno ruso, incluido el portal principal del Kremlin, eran inaccesibles para los usuarios.
Otros sitios web estatales que parecían experimentar problemas fueron el Ministerio del Interior, el Departamento Federal de Rusia, la Duma, el Ministerio de Desarrollo Económico e incluso Roskomnadzor, el organismo regulador que anunció las sanciones contra Twitter para empezar.
El Ministerio de Desarrollo Digital de Rusia aclaró más tarde que los problemas no tenían nada que ver con las acciones contra Twitter, sino que fueron causados por problemas en el proveedor de servicios del estado Rostelecom.
Sin embargo, fue una explicación que hizo poco para acallar una dócil especulación sobre que algo grande estaba pasando online.
¿Llegó la ciberguerra?
El movimiento en contra de Twitter marcó el último de una batalla latente entre gobierno y las compañías de tecnología global de Rusia.
El Kremlin ha alegado que Twitter, Facebook y YouTube son plataformas que promueven contenido que apoya a la oposición de Rusia, al tiempo que rechaza el contenido de los medios estatales rusos.
A principios de este mes, Moscú anunció que estaba demandando a Twitter y a otras cuatro compañías tecnológicas globales por no eliminar las publicaciones que expresan su apoyo a las protestas contra el encarcelamiento del líder de la oposición Alexei Navalny.
Artem Kozlyuk, del grupo de defensa de los derechos en Internet RoskomSvoboda, calificó las preocupaciones del gobierno sobre el impacto de Twitter en la moralidad de la juventud rusa como “nada más que una fachada”.
“El objetivo real es obligar a las empresas de medios sociales occidentales a limitar el acceso a contenido político, cualquier cosa que tenga que ver con llamar a la gente a protestar o visitar un sitio web de la oposición”, dijo Kozlyuk a la VOA. “Si Twitter o cualquiera de las otras empresas cumplieran, descubrirían que las objeciones de las autoridades rusas desaparecen de inmediato”.
Mientras tanto, los problemas con los sitios web del gobierno ruso siguen a los informes de que la Administración Biden estaba preparando una respuesta cibernética, tanto abierta como encubierta, a lo que insiste es la responsabilidad del Kremlin por el hackeo masivo de SolarWinds a los sitios web de las agencias gubernamentales de EE. UU. en el 2020.
La preocupación sobre ciberataques, y sus consecuencias, han sido un aspecto polémico de la relación entre Estados Unidos y Rusia desde la campaña presidencial estadounidense de 2016, cuando Estados Unidos acusó a Rusia de usar herramientas cibernéticas para interferir en la contienda.
En 2019, Rusia aprobó una ley en defensa de una “Internet soberana”, una medida que incluye un “interruptor automático” destinado a aislar la infraestructura rusa de la red mundial, en caso de ser atacada.
Los activistas de Internet argumentan que la acción es solo la última de una serie de leyes destinadas a reforzar el control gubernamental de Internet y a reprimir la libertad de expresión.
Pero los expertos han cuestionado durante mucho tiempo si el organismo rector de Internet de Rusia es capaz de llevar a cabo sus amenazas de bloquear las grandes tecnologías o Internet en su conjunto.
En 2019, Roskomnadzor fue ampliamente burlado por estropear sus esfuerzos para bloquear la aplicación de mensajes sociales Telegram. El esfuerzo para eliminar el servicio en Rusia terminó interrumpiendo el servicio para cientos de sitios web y servicios comerciales, incluso cuando la aplicación seguía funcionando.
Artem Kozlyuk, del grupo de defensa de los derechos en Internet RoskomSvoboda, calificó las preocupaciones del gobierno sobre el impacto de Twitter en la moralidad de la juventud rusa como “nada más que una fachada”.
“El objetivo real es obligar a las empresas de medios sociales occidentales a limitar el acceso a contenido político, cualquier cosa que tenga que ver con llamar a la gente a protestar o visitar un sitio web de la oposición”, dijo Kozlyuk a la VOA. “Si Twitter o cualquiera de las otras empresas cumplieran, descubrirían que las objeciones de las autoridades rusas desaparecen de inmediato”.
Mientras tanto, los problemas con los sitios web del gobierno ruso siguen a los informes de que la Administración Biden estaba preparando una respuesta cibernética, tanto abierta como encubierta, a lo que insiste es la responsabilidad del Kremlin por el hackeo masivo de SolarWinds a los sitios web de las agencias gubernamentales de EE. UU. en el 2020.
La preocupación sobre ciberataques, y sus consecuencias, han sido un aspecto polémico de la relación entre Estados Unidos y Rusia desde la campaña presidencial estadounidense de 2016, cuando Estados Unidos acusó a Rusia de usar herramientas cibernéticas para interferir en la contienda.
En 2019, Rusia aprobó una ley en defensa de una “Internet soberana”, una medida que incluye un “interruptor automático” destinado a aislar la infraestructura rusa de la red mundial, en caso de ser atacada.
Los activistas de Internet argumentan que la acción es solo la última de una serie de leyes destinadas a reforzar el control gubernamental de Internet y a reprimir la libertad de expresión.
Pero los expertos han cuestionado durante mucho tiempo si el organismo rector de Internet de Rusia es capaz de llevar a cabo sus amenazas de bloquear las grandes tecnologías o Internet en su conjunto.
En 2019, Roskomnadzor fue ampliamente burlado por estropear sus esfuerzos para bloquear la aplicación de mensajes sociales Telegram. El esfuerzo para eliminar el servicio en Rusia terminó interrumpiendo el servicio para cientos de sitios web y servicios comerciales, incluso cuando la aplicación seguía funcionando.