La ópera es un arte total en el que confluye la música, el canto, la poesía, las artes plásticas y, en ocasiones, la danza.
Ópera (del italiano opera, ‘obra musical’) Es un género de música teatral en el que una acción escénica se armoniza, se canta y tiene acompañamiento instrumental.
En cada obra todos los componentes de la ópera combinan su expresividad y belleza. Esta compleja alquimia hace que cada función sea un espectáculo extraordinario, monopolizando la vista, el oído, la imaginación y la sensibilidad del público, en el que todas las pasiones humanas están en juego.
La ópera se difundió rápidamente por toda Italia. El principal centro italiano durante la mitad y finales del siglo XVII fue Venecia. El siguiente en importancia era Roma, donde por primera vez se hacía una clara diferenciación entre los estilos cantantes del aria (usados para reflejar las emociones) y el recitativo (que proviene de la monodia y se utiliza para presentar información y diálogos). El público veneciano prefería las exuberantes puestas en escena y los efectos visuales espectaculares como eran las tormentas o los dioses que descendían del cielo.
Algunos géneros de teatro musical están estrechamente relacionados con la ópera, como son la zarzuela española, el singspiel alemán, la opereta vienesa, la opéra-comique francesa, el musical inglés y estadounidense. Cada una de estas variantes del teatro musical tiene sus características propias, sin que tales sean privativas. En la ópera, como en varios otros géneros del teatro musical, se une:
- La música (orquesta, solistas, coro y director)
- La poesía (por medio del libreto)
- Las artes escénicas, en especial la actuación, el ballet y la danza
- Las artes escenográficas (pintura, artes plásticas, decoración, arquitectura)
- La iluminación y otros efectos escénicos
- El maquillaje y los vestuarios
La ópera se suele diferenciar de los otros géneros de teatro musical aceptándose que, a diferencia de ellos, la ópera es una representación completamente acompañada por música.
Cuando se habla de ópera, es imposible pasar por alto el concepto de diva, así como de su versión masculina, divo. Estos términos han estado ligados a la cultura operística desde hace ya mucho tiempo, distorsionando considerablemente la esencia de esta forma de arte, que es sin lugar a dudas la música.
Opuesto a lo que muchos creen, la ópera ha atravesado momentos de gran fama a nivel popular, generando fanatismos y rivalidades equivalentes, sino de mayor intensidad, a los que se dan en la actualidad con los géneros más vigentes.
La ópera no admite equivocaciones, por pequeñas que sean; una leve desafinación o la decisión a último momento de evitar una nota aguda son consideradas deshonras, insultos, y generan una inevitable y lamentable reacción por parte de la audiencia: el abucheo.
Tan lamentable y tan predecible como el aplauso inmerecido que recibe una superestrella por parte de sus fanáticos, sin importar lo que haga; estas personas predilectas sí pueden desafinar. En pocas palabras, la cultura de la ópera es tan humana como cualquier otra.
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