La investigación se publicó la revista de ciencias sociales, Noesis.
Ciudad Juárez, Chih. (UACJ) – En la presentación de un estudio sobre adolescentes en trabajos peligrosos, los investigadores Cinthya Guadalupe Caamal Olvera y Juan Francisco Suárez Martínez indicaron que en México hay alrededor de 3.2 millones de jóvenes de 12 a 17 años que se encuentran laborando, según datos del Módulo de Trabajo Infantil.
Los especialistas indicaron que la motivación para este estudio es analizar qué proporción de estos adolescentes se encuentran en trabajos peligrosos y cuáles son las razones por las que se encuentran en ese tipo de empleos, ya que por sus edades se encuentran todavía en una etapa de crecimiento y desarrollo.
Dijeron además que al carecer de la experiencia están más expuestos, en comparación con los trabajadores adultos, a ser explotados y a que sufran alguna lesión o enfermedad.
La presentación de los investigadores se realizó a través de página de Facebook de la Revista Noesis, en donde se publica el estudio.
La doctora Caamal Olvera es investigadora de la Universidad Autónoma de Nuevo León y el doctor Suárez Martínez es investigador de la Universidad de Monterrey.
Indicaron que, según la Organización Internacional del Trabajo, se considera trabajo peligroso cuando los jóvenes están expuestos a una sustancia tóxica, una actividad desgastante, un aparato peligroso o una situación que genere mucho estrés, entre otras cosas. Bajo esa óptica, se estima que en el mundo hay 73 millones de niños de 5 a 17 años ocupados en trabajos peligrosos.
En México, de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, la ocupación peligrosa es en donde laboran los menores en lugares que ponen en riesgo su salud y sano desarrollo, en donde además laboran en horarios prolongados o nocturnos. Además, en el país, el trabajo peligroso es superior al promedio mundial, entre adolescentes de 15 a 17 años.
En la investigación de los doctores se estudia también la influencia de los padres en la ocupación de los hijos, porque al trabajar a una edad temprana reduce la posibilidad de que los adolescentes, cuando sean adultos, tengan una mejor ocupación de la que tuvieron sus padres.
Se investiga también si el ingreso económico de los miembros de la familia determina si los padres necesitan enviar a los menores a trabajar para poder subsistir.
Los especialistas indicaron que no existe una metodología para determinar qué constituye exactamente un trabajo peligroso y se propone, con el estudio, la construcción de un índice para calcular el porcentaje de adolescentes que no cuentan con las condiciones mínimas adecuadas para desempeñar un trabajo de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, y que permita medir la severidad o peligrosidad de los trabajos desempeñados por los adolescentes.
En el estudio se definieron seis dimensiones con las que se puede determinar si los menores se encuentran realizando un trabajo peligroso. Estas dimensiones son: el horario laboral, problemas de salud física, el lugar de trabajo, carga de cosas pesadas, problemas de salud mental y peligros en el lugar de trabajo.
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