El Grinch es un personaje de fantasía creado por Dr. Seuss en 1957, apareciendo por primera vez en el cuento infantil “¡Cómo el Grinch robó la Navidad!” en dicho año. Con el pasar de los años, la figura del Grinch se fue readaptando a distintas historias y medios, como nuevos libros, programas de televisión, obras teatrales, cortometrajes y largometrajes. En nuestro país, el Grinch se dio a conocer principalmente por la televisión y el cine, generando un impacto social similar que su país de origen: Estados Unidos.
El término “Grinch” suele compararse con el de “gruñón” y de esa misma manera se les llama a las personas que, por alguna y otra razón, no son partícipes de las celebraciones, costumbre y tradiciones navideñas.
El Grinch es un símbolo de la Navidad que representa una crítica cómica del materialismo y consumismo que tienen las personas al dejar de lado la parte espiritual de la Navidad, su verdadero origen y significado.
Otro personaje ficticio y antagónico de la Navidad es Ebenezer Scrooge, del escritor inglés Charles Dickens. Scrooge era un hombre egoísta que odiaba la Navidad, a los niños y todo lo que pudiera causar alegría y felicidad. En 1843 se publicó la novela “Cuento de Navidad”, donde Scrooge es el protagonista. Al igual que El Grinch, la historia de Ebenezer ha sido representada en numerosas ocasiones en obras teatrales, caricaturas, libros y películas, provocando que el apellido “Scrooge” se convierta en sinónimo de egoísta y/o avaro.
La historia de “Cuento de Navidad” supone la transformación de Ebenezer tras la visita de tres fantasmas, quienes representaban el pasado, el presente y el futuro de las Navidades, logrando en Scrooge el arrepentimiento y la renovación de su actitud hacia la vida, mejorando su trato a las personas, volviéndolo un señor generoso y amable.