La aspiración de un emprendedor es convertirse en un empresario, lograr la libertad financiera y tener calidad de vida.
Y calidad de vida lo traduzco en tener salud física y mental, tiempo para convivir con familiares y amigos, y por supuesto tiempo para poder viajar y conocer el mundo.
¿Cómo comenzó?
A pesar de que mi carrera como emprendedora comenzó a los 26 años de edad en la cual ya había terminado mis estudios universitarios, tenía 4 años de experiencia en desarrollo de software dentro de la industria médica y estaba por comenzar con mis estudios de posgrado, esta experiencia me llevó a vivir incertidumbre constante, desequilibrio en diferentes áreas de mi vida y pelea constante en contra de los ideales que personas cercanas tenían para mi desarrollo profesional.
Aunado a que el apoyo de mi familia no era completo, la negativa comenzó desde el momento en que comencé a planear la renuncia en mi trabajo, donde tenía uno de los mayores beneficios que para mucha gente es importante, la seguridad de un ingreso fijo, que de cierta forma estaba “garantizado”, claro, mientras formará parte de la nómina.
Sin embargo, siempre estuvo el apoyo de mi mamá, quien me apoya en cada una de mis locuras, aunque ese apoyo a veces creo que tiene más que ver con que ella me conoce demasiado, y de cierta forma sabe que cuando tengo una idea en mi cabeza hago hasta lo imposible para llevarla a cabo. Para mí de alguna forma su apoyo a sido una pieza clave en toda esta aventura.
¿Has estado a punto de lanzarte de un trampolín de 2 metros de una alberca?
Bueno, creo que aunque el trampolín estuviese al nivel de la alberca, el hecho de entrar al agua por primera vez, siempre te da la sensación de no saber que te espera, si el agua va a estar fría o a temperatura agradable para poder nadar. Claro, mientras más alto sea el trampolín, pasará más tiempo para tomar la decisión de lanzarte, o quizá corres hasta el límite del trampolín sin ver qué te espera abajo y no sentir esa sensación de querer arrepentirte al último momento.
Una sensación parecida sucede cuando vas a comenzar un nuevo proyecto, el no saber si va a funcionar, si va a ser aceptado por el mercado, y mientras más grande sea la inversión monetaria y de tiempo te da esa sensación como cuando el trampolín es más alto.
El momento en el que decides ponerte en acción y ejecutar tu idea es crucial.
Creo que mientras eres más joven, la inmadurez y el no pensar tanto en los riesgos que existen de fracasar es un punto a favor para comenzar un negocio. OJO solo para comenzarlo.
El éxito del emprendimiento dependerá de tu dedicación y estrategia que uses desde las primeras etapas de vida de tu proyecto, y encontrar un mentor que te guíe será clave para lograr tus objetivos.
Después hablaremos de las buenas y malas experiencias con la búsqueda de mentores y socios estratégicos.
Regresando al tema de encontrar un mentor, al buscarlo deberás encontrar una persona con la que te identifiques y que admires por su desarrollo en los negocios, este será un factor clave para cualquier emprendedor y aún más importante cuando se es joven.
Al final del día, emprender un negocio sin importar la edad nos llevará a sentir adrenalina, curiosidad, satisfacción y miedos que superar.