Por Yanet Cuellar.
Guadalupe Barbosa Echegaray nació en Ciudad de México. Siendo hija de padres médicos, creció en un hogar donde basaron la educación en fomentar valores y principios dentro del núcleo familiar. Guadalupe, se profesionalizó como secretaria bilingüe. Tiempo después se casa a la edad de 24 años. Momento crucial en la vida de una buscadora incansable, que gusta de enriquecer su vida con nuevas experiencias, decide irse a vivir a la Ciudad de Ensenada (Baja California), lugar en el cual, se establece por 8 años.
Después de 8 años de radicar en Ensenada, decide venir a vivir a Ciudad Juárez. Lugar donde vive desde hace 30 años y en donde estudió la carrera de educación. Como docente impartió clases en el Colegio Mexicano-Americano y el Instituto Salesiano abarcando todos los niveles de formación académica.
Desde hace 10 años la nombraron traductora oficial de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, institución en donde actualmente se desempeña a cargo de la Jefatura de Traducción e Interpretación.
Estudió tanatología porque no sabía cómo iba a superar el fallecimiento de sus padres, especialmente el de su madre.
“Cuando las personas están en su lecho de muerte, no se arrepienten de lo que hicieron, sino de lo que no tuvieron el valor de vivir.” –Guadalupe Barbosa.
La mujer que más ha admirado en la vida es su madre, le enseñó la responsabilidad de ser una buena pareja, la responsabilidad de ser madre en su totalidad, plena en su desarrollo profesional. Su madre fue una extraordinaria profesionista, compañera de vida de su padre por casi 50 años, con una calidad humana extraordinaria. Lo que es, se lo debe a sus padres, especialmente a ella.
“Mi hijo es mi motor, mi razón de ser, mi razón de hacer, lo amo con todo mi corazón y lo admiro mucho.” –Guadalupe Barbosa.