Samarah siempre fue una niña muy esperada y deseada, no solamente por Samuel y por mí, sino por toda la gente que nos quiere y rodea, en especial nuestros padres, hermanos, sobrinos y cuñados; tíos, primos, amigos, una gran cantidad de personas donde siempre estuvimos en sus oraciones y nos llenaban de bendiciones a cada momento.
Fueron muchos años de intentos fallidos, hacíamos todo lo que nos decía la gente, remedios caseros, remedios de hierbas, sobadoras, psicólogas, hacíamos todo lo médicamente alcanzable, fuimos con varios doctores y nadie se explicaba por qué no quedaba embarazada, cuando todos los estudios salían perfectamente bien de ambas partes.
Cada tratamiento que iniciábamos lo hacíamos con entusiasmo, aún con miedos pero con mucho amor y fe, pero al ver cada resultado negativo, era para mí como mujer muy difícil y sobre todo muy frustrante, me cobijaba en los brazos de Samuel, quien siempre estuvo conmigo en cada momento por triste que fuera, después yo lloraba en silencio mi pena porque no quería que a mi familia le doliera mi dolor, le doliera el sufrimiento que yo sentía por no poder quedar embarazada. Me bañaba, me alistaba y salía sonriente a trabajar a hacer lo del día a día, como si nada hubiera pasado, no podía permitirme caer en una depresión que sabía podía afectarme mucho emocionalmente. Dentro de mi cabeza no cabía el NO VAS A SER MADRE, así se me fuera la vida en ello, iba a intentar hasta lograrlo, mi fe y esperanza eran muy grandes; aunque a veces flaqueaba, pero nunca desistí, muy dentro de mi corazón sabía que el día más feliz de mi vida llegaría tarde o temprano.
Pase por tratamientos muy duros y dolorosos, los cuales los volvería a pasar mil veces más sin importar nada, todo por tener lo que ahora tengo entre mis brazos.
Todo se veía difícil, sin embargo, con el apoyo emocional de toda nuestra familia y amigos pudimos lograrlo, así como también con la familia que tenemos en Guadalajara, quienes del mismo modo estuvieron al pie del cañón apoyando en todo momento.
El momento en que Samarah estuvo en mi vientre, fue recibida por unas palabras hermosas de Samuel, SU PAPÁ, que la recibió con tanto amor y con tantas bendiciones, prometiéndole cuidarla, protegerla y amarla siempre, que siento yo que fue algo diferente en todos nuestros tratamientos y sííííí, Samarah desde ese momento formó parte de nuestras vidas.
Fue un embarazo bonito y tranquilo, siempre se portó muy bonito, cada noche Samuel y yo nos tomábamos de la mano, la acariciábamos y orábamos porque todo saliera bien, porque fuera sobre todo una niña sana, lo cual gracias a Dios así fue.
Yo siempre pedía al Divino Niño Jesús que mi niña llegara a este mundo con salud, siendo fuerte y de pilón que fuera bonita.
Cuando llegó el mes de empezar a verla en 4D, en las primeras sonografías se apreciaba aún muy poco y era mucha la emoción por ver como iría a ser, sin embargo a partir de la 3er sonografía en 4D, ella se giró de manera que solo se le veía su espalda, por lo que ya no pudimos apreciar su carita, pensé yo entonces que ella me decía que no se dejaría ver porque yo siempre pedía que estuviera bonita y tal vez yo podría verla no tan bonita, desde ese momento mi deseo era solo que estuviera sana, sin importar lo demás….
Años antes de quedar embarazada y aun estando, pensábamos en el nombre que le pondríamos y si fuese una niña, deseábamos llamarla Samantha, por iniciar como el nombre como Samuel, así como por ser un nombre bonito y fuerte. Sin embargo, a unos minutos de saber el sexo, Samuel tuvo una extraña experiencia o coincidencia, que al llegar a casa donde estábamos reunidos para recibir la noticia, llegó y dijo “si es niña se va a llamar Samarah”, por lo que inmediatamente busqué el significado, y cuál sería nuestra sorpresa, el significado de Samarah es “LA PROTEGIDA POR DIOS”, realmente fue algo muy bonito y desde ese momento así la llamamos.
Cuando la tuve frente a mí el primer instante de su vida y me la acercó el doctor para que le diera su primer beso, supe que sería mi amiga inseparable y así lo espero, día a día trato de ser la mejor madre para ella y que pueda estar orgullosa de ser mi hija, que se dé cuenta que no se equivocó al escogerme como su mamá, porque tengo tanto amor por darle.
Fue tan linda su llegada, nos cambió la vida a todos, a Samuel y a mí, como sus padres ha despertado un amor infinito, ha unido a la familia de una manera muy bonita, dándonos vida, haciendo cada momento que estamos con ella algo inolvidable.
Samarah es una niña muy inteligente, muy observadora; su primera palabra fue GALLETA, por lo que muchos en casa así la llaman. Tal vez el convivir con tanto adulto hizo que ella empezara a hablar desde muy corta edad, le encanta bailar y cantar, es incansable. Al año y medio que decidimos meterla a una guardería, hubo resistencia por parte de mi papá, se le hacía imposible que la dejáramos, pero tenía tanta energía que ella debía gastarla conviviendo con niños de su edad, fue tan difícil dejarla y más que al tercer día ella ya identificaba desde que la subía a la camioneta que íbamos a la guardería, se iba todo el camino muy seria, unas cuadras antes de llegar identificaba el semáforo y ahí empezaba más el calvario, porque iniciaba con una voz suave a decir “no, no, no” con sus ojitos llenos de lágrimas y al llegar lloraba con un sentimiento de abandono, que yo llegaba a la oficina como Magdalena, afortunadamente solo fue cuestión de un par de semanas y se incorporó perfectamente, porque ya sabía ella que al llegar era divertirse, bailar, aprender y cantar. Sus maestras siempre se expresan muy bonito de ella y se nota el cariño que le tienen y es recíproco, porque se va con ellas como si nada.
Samarah nos quita el sueño a todos, por la sencilla razón que no duerme, solo quiere estar bailando, cantando, viendo sus videos preferidos, le encanta La Vaca Lola, Baby Shark, las caricaturas de Mickey Mouse. Le fascinan los animales, mojarse en charcos, en la lluvia, le gusta mucho convivir con la naturaleza y la dejamos que ella descubra todo por sí misma, las sensaciones, sonidos, todo lo visual, es muy arriesgada, no le teme a nada, quiere hacer todo por ella misma sin ayuda, definitivamente es una niña muy independiente.
Cuando andamos en la calle, no hay persona que no le haga un cariño o comentario y ella feliz, por donde pasa va diciendo hola, bye. Un día estábamos en el super y mucha gente decía que qué hermosa estaba, más adelante se nos acercó una señora para felicitarnos por la hija que teníamos, y nos dijo que a ella lo que le llamó la atención independiente de que fuera hermosa, fue su carácter tan bonito, que tenía una luz muy especial que dejaba huella por donde pasaba, cosa que mucha gente nos ha dicho que ella se siente tan deseada, esperada y querida que llegó a este mundo a dar todo ese amor con el que la esperábamos.
Claro que no todo es vida y dulzura, porque ya empieza a sacar su carácter fuerte, yo digo que igualita al papá y Samuel dice que a la mamá; así es de que ya se la imaginaran, pero nada que no se pueda controlar con una sonrisa, cantando o bailando.
Con cada uno de sus abuelos, tíos y primos tiene algo especial, el correr para ganarle su lugar a su Abuela Eva, el que su Abuelo Arturo la saque al patio a ver las tortugas, el llegar a casa de su Tita Marina y tirar todos los juguetes en la sala, en fin….para cada uno tiene su momento muy significativo.
De mi experiencia como mujer luchando día a día por convertirme en Madre, yo les doy un consejo a todas esas mujeres que están en el intento, que no flaqueen, que no se dejen vencer por ningún motivo, así se les vaya la vida en el intento.
Yo lo hice y con mucho amor y orgullo puedo decir que a Samarah la tuve a los 46 años. Ahora solo le pido a Dios nos dé larga vida para que podamos verla realizada como MUJER.
Agradecemos infinitamente a todas las personas que con sus oraciones y bendiciones contribuyeron a que Dios escuchara nuestra necesidad de que SAMARAH llegara a nuestras vidas, porque nos dio VIDA. ¡¡¡DIOS LOS BENDIGA!!!
Por tanta vida que tenemos por delante, esta historia apenas ha comenzado, aún hay muchas páginas por escribir para el futuro de Samarah.